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La crisis pone a prueba el paradigma de la responsabilidad social corporativa | 
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| En su libro “Hacia la empresa razonable”, Joaquín Garralda, profesor de Estrategia de IE Business School y director del Centro PwC-IE de Responsabilidad Corporativa (RC), ofrece una perspectiva general de la RC y propone un modelo de análisis para empresas. El autor contesta algunas preguntas al respecto:
¿Ser corporativamente responsable es una moda o un principio en la gestión de las empresas?: Los que opinan que es una moda que desaparecerá, argumentan que las empresas han sido creadas para maximizar la idoneidad del mercado como mecanismo para asignar eficientemente los recursos del país, y que mejorar el bienestar social es papel del Estado o de las ONG. Los que están a favor, o bien afirman que la empresa debe responder ante las expectativas de la sociedad para “ganarse su licencia para operar”; o que, bien enfocada, la RSC es una manera de mejorar los resultados empresariales. Yo creo que, en un corto-medio plazo, la RC va a ser un principio de gestión en algunos sectores, por ciertas características estructurales. A largo plazo, será un principio de gestión de todas las empresas de los mercados desarrollados. En países pobres o de ideología autocrática, puede no llegar, mientras permanezcan esas circunstancias.
Dedicar parte de un presupuesto a RC, ¿es gasto o inversión?: En algunos sectores puede ser un gasto, por ser muy difícil la evaluación de los efectos positivos sobre los resultados de la empresa; en otros, es una inversión y en la medida en que se haga de una manera novedosa, el impacto positivo sobre los resultados será mayor.
¿Cuál es el gran reto de la RC en plena recesión económica internacional?: Los pesimistas la ven desaparecer, los optimistas creen que se va a reforzar. Yo creo que, en general, las partidas presupuestarias destinadas al patrocinio y mecenazgo se van a reducir, mientras que las empresas que ya estaban en la senda de integrar la RC en sus prácticas diarias, quizá afinen más, pero no se van a olvidar de los efectos positivos que ha tenido. Las que no habían empezado antes de la crisis a implantar prácticas de RC, usarán la situación actual para retrasar la decisión.
¿Quién decide en una compañía cómo destinar recursos a la RC?: Entiendo que son los directivos quienes lo deciden en una estructura jerárquica; pero, ¿motivados por quién? En algunos casos han sido los clientes los que han impulsado el proceso y en otros, han sido los empleados que, a partir de pequeñas iniciativas, han calado profundamente en la organización. Los accionistas, por ahora, puede que lo apoyen o lo observen con curiosidad, pero la decisión no suele venir de ellos. Ahora bien, si el empresario tiene unos fuertes valores personales afines a la RC, es muy probable que desde que comenzó con la empresa haya actuado así, aunque en su momento no conociera el término de RC.
¿Debe una empresa ganar dinero con la RC?: Es recomendable para que la RC sea “sostenible”. La gran dificultad es determinar el plazo que fijamos para “recoger” los resultados y evaluar su rentabilidad y la incertidumbre que acompaña a este tipo de medidas a la hora de obtener los resultados planificados, que se pueden quedar en una “nebulosa” en la que se mezclen aspectos de reputación, intangibles y de buenas relaciones con los grupos de interés.
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Este es el resumen del artículo "La crisis pone a prueba el paradigma de la responsabilidad social corporativa" publicado en Enero 2009 en la revista Knowledge @ Wharton.
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