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Gravanidad | 
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| Miles de millones de personas no quieren pasar desapercibidas, buscan de la manera que sea un poco de atención pública - de allí la nueva tendencia de mercadeo, la gravanidad (de Graffitti y Vanidad), que no es más que complacer la obsesión de ciudadanos comunes que quieren “dejar algo” tras sí bien sea impreso, en audio o en imágenes, preferiblemente en espacios de dominio público.
La gravanidad ofrece oportunidades a los emprendedores deseosos de renombrar sus bienes y servicios, aunque pequeños, a beneficio de los clientes. Ello pronostica cosas como museos que vendan los patrocinios de incluso las obras de arte más pequeñas, teatros que ofrezcan espacio de gravanidad en cada asiento o inmobiliarias que subasten los derechos de tener edificios de apartamentos adornados con los nombres de familias de clase media. Si algo puede tener un nombre adosado o impreso, se podrá vender.
El servicio postal holandés (TPG Post) parece haber entendido bien esta ola ya que lanzó un novedoso servicio de gravanidad que consiste en la creación de estampillas de correo propias usando una fotografía o imagen elegida por el cliente (de la familia, del bebé, etc), que sería válida en todo, desde una tarjeta postal y cartas hasta paquetes y folletos. Para clientes y para negocios esto se traduce en una herramienta promocional única y para las empresas de correos del mundo, jugosas ganancias en un mercado severamente afectado por el correo electrónico y otros recursos digitales.
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Este es el resumen del artículo "Gravanidad" publicado en Agosto 2003 en la revista TrendWatching.
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