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Flexibilidad laboral: Argumentos inflexibles |
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| La preocupación por el desempleo en América Latina sigue en constante aumento. Organismos internacionales, como la OIT, predicen que la desocupación en América Latina alcanzará el 9% y se están buscando toda clase de medidas para evitarlo. Y en momentos en que los gobiernos hacen gala de sus gordas billeteras para presentar costosos planes de inversión y generación de puestos de trabajo, también vuelve a surgir el eterno debate de la necesaria flexibilidad laboral como una forma de evitar mayores despidos o cierres de empresas.
De acuerdo al ranking Doing Business del Banco Mundial, el cual mide la facilidad para hacer negocios en 181 países, la región se encuentra en una posición media respecto a otras regiones en el aspecto regulatorio del mercado laboral. "Una regulación flexible ayuda a ajustar la oferta y demanda de trabajo en momentos de fluctuaciones económicas, no sólo en momentos de crisis, sino también en los momentos de recuperación, cuando favorece la contratación", afirma un abogado y economista de esa entidad.
Los llamados por la flexibilidad, obviamente, no son bien recibidos por los grupos sindicales. Cuando el presidente de la compañía minera brasilera Vale declaró que había que suspender algunos derechos laborales para poder enfrentar mejor la crisis, justo después de anunciar la eliminación de 1.300 puestos de trabajo, los dirigentes laborales pusieron el grito en el cielo. Alegan que aquellas empresas que reciban financiamiento del Banco Nacional de Desarrollo, BNDES, no deben perjudicar a sus trabajadores sino conformarse con obtener menores ganancias.
En Chile, empresarios y políticos han comenzado ya a hablar de una desocupación de dos dígitos para 2009, algo que el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores en Chile critica como un intento por sacar provecho del negativo escenario económico en un año electoral. ¿Qué tipo de provecho? Presionar al gobierno en función de buscar los objetivos que por años ellos vienen planteando, entre estos disuadir a los sindicatos que negocien colectivamente este año, lograr que algunos trabajadores incluso abandonen algunos derechos para mantener su empleo, obtener subsidios del Estado para sus empresas y "el paradigma de la flexibilidad laboral, que no es otra cosa que disminuir derechos de los trabajadores y crear una tremenda precariedad del empleo". Chile tiene una cantidad de formas de contratar sin ninguna indemnización por despido y hay jornadas de cinco horas diarias.
El presidente de la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas en Perú, Confiep, cree que la iniciativa gubernamental es la vía correcta para proteger el empleo y no las demandas de mayor flexibilidad. El dirigente anunció que el sector privado peruano invertirá US$14 mil millones durante el 2009 y apuntó que se hará lo posible por mantener el nivel de inversión.
El Banco Mundial advierte que "las regulaciones excesivamente rígidas están asociadas con un mayor índice de informalidad", algo que, en mayor o menor medida, se extiende por toda la región. Si bien no hay acuerdo sobre cuál es el momento más propicio para liberalizar las regulaciones en el mercado laboral, la excesiva rigidez para negociar las salidas ya existentes puede heredar un problema aún más costoso al finalizar la crisis si crece el sector informal.
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Este es el resumen del artículo "Flexibilidad laboral: Argumentos inflexibles" publicado en Enero 2009 en la revista América Economía.
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