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Uruguay: beneficios de la virtud | 
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| Uruguay, tendido apenas al otro lado de las aguas lodosas del Río de la Plata desde Argentina, ha sido destinado en recientes décadas tanto para ser abofeteado por, y beneficiarse de, la secular inestabilidad de su gran vecino. El colapso económico de Argentina en el 2001-2 debidamente incitó una estampida bancaria y recesión en Uruguay. Mientras Argentina incumplía con el pago de su deuda, nacionalizaba compañías extranjeras e imponía controles de precios, Uruguay calmadamente llegaba a acuerdos de reprogramación amigable con sus acreedores. El país permaneció con sus maneras ortodoxas incluso después de que el Frente Amplio izquierdista del presidente Tabaré Vásquez llegara al poder en el 2005. Ahora se encuentra recolectando algunos beneficios.
Como es una pequeña, abierta economía dependiente de la banca, turismo playero y exportaciones de ganadería, Uruguay debe estar más expuesto a la recesión mundial que Argentina, con su gran mercado doméstico. Ambas economías han desacelerado abruptamente tras años de rápido crecimiento. Pero Uruguay parece estar listo para irle mucho menos peor que Argentina.
Eso es porque el crecimiento en Argentina se debió mucho a políticas de expansión fiscal y monetaria, lo que causó el sobrecalentamiento de la economía. Los precios de las exportaciones agrícolas han caído durante el año pasado, llevando abajo los impuestos sobre la renta. Para mantener activo el gasto público, la presidente Cristina Fernández de Kirchner nacionalizó el sistema privado de pensiones en octubre, destruyendo la poca confianza que los inversionistas tenían en su gobierno. Los argentinos, acostumbrados por mucho tiempo a tal comportamiento, respondieron como siempre lo hacen, retirando su dinero. Las fugas de capital alcanzaron un 7% del PIB en 2008.
Mucho de ese dinero fue a parar al otro lado del río. Los depósitos en bancos uruguayos hechos por personas no residentes subieron en 41% en los 12 meses hasta diciembre. Estos pesos siguieron a otros: durante el mandato de Nestor Kirchner, el esposo y predecesor de la Sra. Fernández, algunos ganaderos vendieron sus rebaños en vez de someterse a prohibiciones de exportaciones y controles de precios, colocando su dinero en ranchos uruguayos.
Uruguay ha sobrevivido a una amarga disputa con el Sr. Kirchner por una fábrica de celulosa de US$1.2 mil millones. Esta enorme planta, inaugurada el año pasado por Botnia, una compañía finlandesa, añadió 1.8% al PIB del país mientras no producía evidencia de la temida contaminación la cual ha llevado a manifestantes argentinos a bloquear un puente en la frontera en los últimos tres años, hiriendo a la economía uruguaya. La postura firme del Sr. Vásquez ha alentado otra inversión extranjera, la cual inevitablemente disminuirá.
La principal fuente de incertidumbre para Uruguay es una elección presidencial en octubre de este año. El Sr. Vasquez no se puede postular de nuevo. En la campaña primaria del Frente Amplio, su anterior Ministro de Finanzas y candidato electo, Danilo Astori, sigue de cerca a José Mujica, un antiguo líder guerrillero que critica al gobierno como demasiado moderado. Pero si el Sr. Mujica es elegido como presidente –y eso se encuentra lejos de ser cierto– es posible que deba gobernar desde el centro. Uruguay parece haber sido dejado atrás por Argentina a principios de esta década, aunque parece que ahora las cosas han sido cambiadas de órden.
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Este es el resumen del artículo "Uruguay: beneficios de la virtud" publicado en Febrero 7, 2009 en la revista The Economist.
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