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A load of rubbish | 
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| La humanidad siempre ha producido gran cantidad de basura. Pero a medida que hay más gente y más consumo, y que la basura genera emisiones dañinas para el ya delicado medio ambiente, el manejo de esta se hace un tema cada vez mas importante.
Las personas sienten que tienen el derecho natural de deshacerse de cuantas cosas le provoque. Pero no deberían. La basura daña el medio ambiente y es costoso deshacerse de ella. Es por ello que, al igual que ocurre con los químicos tóxicos, los gobiernos deben persuadir a la gente de que son responsables por lo que producen.
EUA es la campeona de la basura, con un promedio de 700 kilogramos por cada persona, cada año. Pero los países en vías de desarrollo la están alcanzando. Para el 2030, la India producirá el doble de lo que produce hoy, y China el triple.
La basura también se está volviendo más peligrosa. La industria moderna produce muchas cosas - desde cenizas de carbón hasta computadores – que son difíciles de tratar. Las consecuencias pueden ser grotescas: en la ciudad rusa Dzerzhinsk, décadas de manejo descuidado de desechos químicos han reducido la expectativa de vida masculina a 42 años. La basura en descomposición, por otro lado, produce metano, uno de los gases invernaderos que más contribuye al calentamiento global.
En medio de todo, hay razones para ser optimista. La preocupación por el ambiente ha llevado a mejoras dramáticas en el manejo de desechos en muchos países. El reciclaje se hace cada día más común. Muchos emprendedores están desarrollando mecanismos para convertir basura en electricidad, combustible o fertilizante. Los ambientalistas sueñan con un mundo en el que nada se desperdicie.
Pero son los gobiernos quienes tienen el poder de hacer todo esto realidad, comenzando por cambiar sus políticas. En EUA, por ejemplo, los vertederos de basura usados para desechos domésticos están fuertemente regulados, pero los de desechos provenientes de plantas de energía no. En Gran Bretañas, los vertederos pagan el mismo impuesto sin importar el daño que hagan al ambiente. Y en muchos países pobres, los gobiernos simplemente ignoran el problema (en Madagascar, solo se recoge el 6% de la basura).
Los gobiernos tienen que responsabilizar a las personas y empresas por la basura que producen. Una forma de hacerlo es calcular el costo del manejo de la basura, y cobrar según el volumen que produzcan. Eso incentiva a no desechar, y les permite ahorrar dinero para cuando decidan hacerlo. Otra forma de hacerlo es obligar a los fabricantes a recibir de vuelta ciertos bienes cuando el consumidor haya terminado de usarlos. Eso les incentiva a hacerlos fácil de reciclar y reutilizar.
Como consumidores, las personas detestan pagar por el manejo de desechos. Pero como votantes, todos dicen preocuparse por el estado del planeta. Las medidas propuestas son el precio a pagar por limpiarlo.
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Este es el resumen del artículo "A load of rubbish" publicado en Febrero 28, 2009 en la revista The Economist.
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