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Cap Cana: Un escollo de lujo |
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| Cap Cana, uno de los desarrollos inmobiliarios más ambiciosos de todo el Caribe, podría estar perdiendo su brillo debido a la crisis financiera. Pese a que el proyecto, que aspira a convertirse en "el próximo gran destino del mundo", sigue en pie y creciendo, está presionado para mantener sus compromisos financieros.
En el año 2006, Cap Cana emitió un bono por US$250 millones en Nueva York –calificado por las agencias Fitch Ratings y Moody's con unas B y B3, respectivamente, es decir, lo que se conoce como un bono "basura"–, la emisión de deuda corporativa más grande en la historia de República Dominicana. Con el dinero obtenido, siguió convirtiéndose en una verdadera ciudad dedicada al lujo. Con una extensión de 120 millones de metros cuadrados, parece tener todo lo que un inversionista busca: una playa paradisíaca de 5,3 kilómetros, tres campos de golf diseñados por el legendario Jack Nicklaus, varios hoteles, villas y departamentos –que en su momento se vendían en US$ 1,3 millones– y una marina para más de 500 embarcaciones. Debiera ser suficiente para convencer a un inversionista, pero la capacidad de pago de la empresa se encuentra cuestionada ya que las ventas casi se han detenido y la compañía no está generando liquidez.
La caída del banco estadounidense Lehman Brothers privó a la empresa de recibir un préstamo por US$250 millones, y con el cual la firma, perteneciente al Grupo Abrisa, controlado por la familia dominicana Hazoury, pretendía pagar un crédito puente por US$100 millones que vencía el 19 de noviembre. Este crédito fue otorgado por Deutsche Bank y Morgan Stanley, pero había sido traspasado a un grupo de fondos de cobertura, o hedge funds. Cap Cana entonces contrató a la firma de asesoría financiera Weston Financial Group, con oficinas en Nueva York, la cual consiguió que algunos inversionistas compraran inmuebles en Cap Cana y así pudieron levantar el capital.
Pero no fue tan simple, porque Cap Cana impuso un recorte de unos 40 centavos por dólar en el valor nominal de la deuda. Lo que además tenía a los acreedores fuera de sus casillas es que poco antes de la negociación, los Hazoury vendieron US$300 millones en acciones de Aerodom, un operador de aeropuertos en la isla, por lo que nunca creyeron que Cap Cana no pudiera cumplir y, según una fuente cercana a la negociación, los hedge funds "aceptaron porque sí necesitaban pagar a sus aportantes". Todo esto afectó la confianza de los acreedores de sus bonos, cuya calificación actual ha sido bajada a CC, por Fitch, y a Ca, por Moody's.
Pese al escollo financiero, Cap Cana sigue en pie. No están creciendo tanto como antes, pero el proyecto es viable, no lo han cerrado". En enero, fue lanzado el desarrollo de Sotogrande en Cap Cana, un proyecto que busca traer uno de los centros vacacionales más lujosos del sur de España al Caribe. Se realizará en conjunto entre la cadena hotelera NH, la familia Hazoury y el banco español Caja Duero, a un costo total de US$234 millones.
En última instancia, el éxito de un proyecto así depende de la capacidad que tengan de vender muchas propiedades muy, muy caras. Y quizás el mayor riesgo para Cap Cana en este momento sea precisamente su tamaño, que sin ventas, le hará prácticamente imposible capear la crisis si ésta se extiende demasiado.
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Este es el resumen del artículo "Cap Cana: Un escollo de lujo" publicado en Febrero 2009 en la revista América Economía.
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