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Como ve China al mundo | 
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| Al alza asombrosa de China en las tres últimas décadas le faltaba algo para satisfacer totalmente su margen ultra nacionalista: el acompañante declinar Occidente. Con la depresión en Europa y Japón, y la caída de nivel de EUA, apenas tiene rivales y parece cercana a consolidar su ascendencia global. Sus líderes ya hablan del país como un “gran poder”, Europa es ignorada, la cumbre de EUA fue cancelada y Francia aún está en la lista negra por la reunión de Sarkozy con el Dalai Lama. Se maneja que la geopolítica es un asunto bipolar, siendo EUA y China los únicos que importan. En Londres, más que la reunión del G20, importa el encuentro del “G2” entre los presidentes Barack Obama y Hu Jintao.
Esta nueva pujanza refleja tanto debilidad como fortaleza. En China hasta ahora se han perdido 20 millones de empleos y el BM ha acortado sus predicciones de crecimiento a un 6.5%. Hay decenas de miles de protestas cada año y aun si se alcanzara en forma mágica la meta oficial del 8%, los agravios empeorarán. En el país se libra un fiero debate, tanto acerca de su sistema económico, como del tipo de gran poder que pretende ser, lo que no agrada al gobierno. Los liberales claman por mayor apertura, mientras los nacionalistas de izquierda ven la crisis como una oportunidad para detener las reformas orientadas al mercado y a que China se afirme más en el extranjero, lo que implica el peligro de la xenofobia. También claman por mejores servicios públicos y la red de seguridad social que el país necesita.
La situación es más precaria que lo que muchos occidentales piensan. El mundo no es bipolar y puede que no lo sea nunca. EUA sigue siendo la mayor economía del mundo y la población de la India sobrepasará la de China, lo que no quita que su poder relativo crezca y, tanto el Occidente, como China misma, necesitan ajustarse a esto. Para Obama, esto implica un acto de equilibrio difícil. A largo plazo, debe lograr seducir a China más firmemente dentro del sistema liberal multilateral, y a corto plazo, conseguir que mantenga sus promesas y reñirle por sus lapsos. Bush hizo mucho por admitir a China como un “accionista responsable” en el sistema internacional. El G20 es un chance para darle una mayor participación en la toma de decisiones global y es la oportunidad de China de mostrar que puede ejercer su nueva influencia responsablemente.
Hasta ahora China ha usado su asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU para obstruir el progreso, con la excusa de no intervenir en los asuntos de otros países. Esto tomará tiempo para cambiar, pero en la economía mundial, queda espacio para la acción. Ningún país ha ganando más de la globalización que China, donde cientos de millones de habitantes han pasado de la subsistencia a la clase media. Ayudó a arruinar la última ronda de charlas de comercio mundial y la reunión del G20 le permite mostrar un cambio de actitud. En particular, se le pide que refuerce los recursos del FMI para que sus fondos puedan rescatar a los países golpeados por la crisis en lugares como Europa. Pasar por encima del temor a que el FMI ayude a países ex comunistas con "una mentalidad antiChina", y pagar, sería un paso pequeño en sí mismo, pero daría una señal: China ha entendido lo que es ser un gran poder.
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Este es el resumen del artículo "Como ve China al mundo" publicado en Marzo 21, 2009 en la revista The Economist.
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