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La estática sobre las redes inteligentes | 
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| Buscando mayor eficiencia respecto a la energía, parte del paquete de estímulo de US$787 mil millones se destina a subsidiar la compra de nuevas tecnologías por las empresas de servicio público en todo EUA, buscando bajar las cuentas de electricidad, disminuir los apagones, y facilitar el uso de la energía limpia. Pero grupos de consumidores dudan sobre darle a estas empresas el poder de cambiar los precios de la electricidad improvisadamente. La mayoría tienen prohibido actualmente el usar precios variables, pero esa flexibilidad, a medida que aumente la demanda, será esencial para que reciban un total beneficio de la nueva tecnología. La preocupación es que estas “redes de suministro inteligentes”, sean sólo otra forma de hacer dinero extra a costa de los consumidores.
Las empresas de servicio público están buscando apoyo ante las comisiones reguladoras estatales en relación a la tasación flexible y las inversiones tecnológicas, para reclamar su tajada en los US$4.5 billones del paquete de estímulo. Entre las tecnologías que pueden usarse para crear las redes de suministro inteligentes están los sensores en las líneas de transmisión de larga distancia, que pueden ayudar a determinar problemas en la red y los sistemas de monitoreo; pero en el centro del debate están los "medidores inteligentes", que serían instalados en las casas en lugar de los modelos antiguos. Ellos pueden brindar información en relación al uso y precio de la electricidad a los consumidores y permitir a las empresas recolectar los datos de forma inalámbrica, sin tener que usar camiones o lectores de medidores.
Lo controversial es que le permiten a las empresas de servicio público crear mercados en tiempo real para la electricidad, con precios que podrían variar al minuto. Si la demanda es baja en una noche fresca de otoño, bajan los precios, pero cundo en verano se conecten los aires acondicionados, pueden elevar los precios para desalentar su uso. Esto les evita tener que construir plantas de energía para poder satisfacer la alta demanda, y según los que apoyan esta opción, los consumidores aprenderían a conservar la energía. Los consumidores dicen que aun recibiéndose las subvenciones, ellos tendrían que pagar parte del costo de cualquier medidor inteligente, y los mayores beneficios los obtendrían las empresas por los bajos costos de operación. Y todos por igual estarían expuestos a precios que podrían elevarse mucho.
Podría buscarse un término medio. Los estados tienen tres formas de tasación flexible: 1) tasación obligatoria para todos los consumidores, 2) tasación por defecto, y 3) tasación flexible (los consumidores escogen si unirse o no). Aunque las empresas de servicio público la prefieren por defecto u obligatoria, pueden hacer que los medidores inteligentes liquiden con tasación voluntaria. Los consumidores tendrían que pagar por éstos, pero los costos totales de la energía bajarían, aun si sólo el 20% tomara parte en los programas. Los comisionados del estado para las empresas de servicio público dudan respecto a molestar a los consumidores durante la recesión, añadiendo tarifas o cambiando planes de tasación. Aunque apoyan las tecnologías de redes de suministro inteligentes, prefieren que los movimientos se hagan más lentamente, invirtiendo en tecnología de transmisión de línea primero, y seguir llevando a cabo pruebas con los metros inteligentes, para desarrollar una conciencia al respecto.
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Este es el resumen del artículo "La estática sobre las redes inteligentes" publicado en Abril 13, 2009 en la revista Business Week.
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