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La luz en el túnel | 
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| Los proyectos e inversiones en el sector energético de Suramérica continúan muy a pesar de la crisis global. En la costa norte de Brasil, la ciudad-balneario de Caucaia fue elegida por la empresa india Suzlon para construir una fábrica de aspas y otros componentes de generadores eólicos de US$30 millones. Aunque la firma ya compró un lugar de 200.000 metros cuadrados para concretarlo, el proyecto aún espera luz verde.
Más concretos son los planes de la empresa argentina Impsa del grupo industrial del poderoso grupo Pescarmona, quien a fines de 2008 inauguró una fábrica de turbinas eólicas de US$85 millones en el estado brasileño de Pernambuco con una capacidad para construir 300 generadores al año de 1,5 a 2,1 megavatios. Impsa es la mayor fábrica de generadores que hoy existe en América Latina, de acuerdo a uno de los directores del grupo y el ejecutivo a cargo de desarrollar el negocio eólico a través de Impsa Wind.
La construcción de fábricas de turbinas eólicas en América Latina es el resultado de una tendencia interesante: a pesar de la crisis, la región seguirá inaugurando proyectos energéticos en los próximos dos años. La preexistencia de contratos de financiamiento a largo plazo y la urgencia en modernizar la matriz eléctrica de la región seguirá impulsando la construcción de proyectos energéticos, ya sean térmicos, hidroeléctricos o eólicos.
Los grandes proyectos térmicos e hidroeléctricos seguirán llevándose la mayor parte de los recursos disponibles, aunque éstos también alcanzarán para sectores como el de la energía eólica, las pequeñas plantas hidroeléctricas y las plantas de biomasa. Además, entrarán en operaciones nuevas plantas de licuefacción y regasificación de gas natural y habrá una consolidación entre actores pequeños y medianos del sector petrolero.
Uno de los sectores que mostrará más dinamismo este año en la región será justamente el eólico. Hasta ahora, los 769 megavatios de potencia instalada en la región representan menos del 0,6% global. Pero si las proyecciones de crecimiento que tiene la Asociación Latinoamericana de Energía Eólica (Lawea), en 2009 deberían sumarse más de 1.200 megavatios y otros 1.000 megavatios en 2010. Considerando que las inversiones en la industria eólica están en torno a los US$2 millones por cada megavatio construido, la inversión totalizaría unos US$2.400 millones en este bienio.
Los países que más crecen son Uruguay y Nicaragua, que de casi cero pasan a varias decenas de megavatios de potencia instalada. También hay crecimiento en Chile donde el sector se está poniendo al día. Aunque tiene una legislación avanzada, aún no se han concretado grandes proyectos eólicos. Esto podría cambiar con el anuncio de Codelco, la minera estatal chilena, de llamar a una licitación para construir una planta eólica que genere entre 20 y 40 megavatios. México es otro que viene al alza: pasó de 88 megavatios en 2007 a 155 megavatios en 2008. Teniendo en cuenta las inmensas demandas y deficiencias energéticas de América Latina, puede aún ser demasiado poco. Pero el escenario no es nada de malo para un período de crisis.
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Este es el resumen del artículo "La luz en el túnel" publicado en Marzo 2009 en la revista América Economía.
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