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Invirtiendo en uno mismo | 
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| Ni los grandes empleadores ni las acciones “blue-chip” infunden confianza en estos días. Muchas personas están tomando el control de su destino y creando sus propias empresas para tener seguridad financiera. Las recesiones han sido siempre incubadoras para la innovación y la iniciativa personal, y las evidencias indican que en esta crisis está surgiendo otra vez la necesidad de ser el jefe de uno mismo.
Normalmente, alrededor del 30% de los trabajadores despedidos expresa su deseo de cambiar de área y carrera. En esta recesión, esta cifra se acerca rápidamente al 60%. La iniciativa de cambio ha generado un mercado muy concurrido para los corredores de pequeñas empresas (como franquicias), pues las personas sienten que pueden controlar su destino y ya no desean confiar su dinero a Wall Street.
Ahora, el trabajo más difícil para los corredores es persuadir a los propietarios de pequeñas empresas rentables para que las vendan. Ese esfuerzo de persuasión es aún mayor con empresas de alimentos y bebidas alcohólicas que han resistido la recesión o con empresas que fabrican productos ecológicos y saben que recibirán un estímulo del gobierno.
La escasez de créditos bancarios ha generado una gran cantidad de ofertas, pero varias ventas han fracasado en los últimos seis meses, debido a que el financiamiento al comprador no estuvo disponible o no fue aprobado. En estos casos, se recomienda acudir a familiares o usar fondos de jubilación (en los casos de personas de edad avanzada) que si están bien estructurados, no serán susceptibles de penalizaciones fiscales.
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Este es el resumen del artículo "Invirtiendo en uno mismo" publicado en Abril 27, 2009 en la revista Forbes.
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