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Lecciones del rescate en España de Caja Castilla La Mancha | 
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| El pasado 30 de marzo el sistema bancario español vivió su primer rescate importante. España no había rescatado ninguna entidad bancaria desde que se tomó el control de Banesto en 1993. Ahora, la entidad Caja Castilla La Mancha tiene nuevos dirigentes y el gobierno español aprobó la concesión de un aval del Tesoro Público para que el ente regulador permita financiación a la caja de ahorros por un importe máximo de 9.000 millones de euros que garantice sus obligaciones ante los depositantes y acreedores.
Esta intervención sucedió para evitar mayores consecuencias en el sistema financiero, luego de que fracasaran las negociaciones de absorción de la entidad por parte de una caja de mayor dimensión. Diversas medidas que apoyan la liquidez del sector también han sido aprobadas, pues la morosidad en España se ha triplicado desde el comienzo de la crisis financiera mundial en 2007, la cual puso fin al auge inmobiliario de dicho país y ha elevado la tasa de desempleo hasta el 15,5% (la más alta de la Unión Europea). El propio Banco de España pronostica que aún habrá una contracción de 3% este año.
Este rescate ha promovido el debate sobre la validez del sistema español de cajas de ahorros, el cual tiene mucha importancia en el mercado financiero del país. Algunos críticos señalan que las cajas (que buscan maximizar el valor de obras sociales) son manejadas por el partido que gobierne la región y eso genera una mezcla de intereses económicos y políticos que disminuye la eficiencia, la competitividad y la posibilidad de competir con la banca privada cada vez más global y, además, dificulta la convergencia entre el funcionamiento de las cajas y los bancos.
También opinan que es necesario apartar los poderes políticos y los sindicatos de la gestión de las cajas, porque los políticos en general son malos gestores del dinero de los ahorradores. Asimismo, señalan que se originan grandes problemas cuando en las decisiones inciden consideraciones políticas que alteran las decisiones técnicas y ocasionan desequilibrios entre grupos de interés. Probablemente, se produzca un proceso de fusiones dentro del sector de las cajas, ya que eso conduciría a sinergias y aprovechamiento de economías de escala.
Sobre el futuro del sistema financiero español, ciertos críticos sostienen que las entidades bancarias seguirán con su estructura de propiedad, pero progresivamente serán más sensibles frente a la realidad social, y que las cajas de ahorro se dotarán de unas estructuras de gestión cada vez más robustas y se alejarán poco a poco de los intereses políticos con el fin de mantener el importante y noble objetivo de la obra social. De ser así, el mundo convergente del futuro pareciera incluir el escenario en el que ambas partes sobreviven y coexisten.
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Este es el resumen del artículo "Lecciones del rescate en España de Caja Castilla La Mancha" publicado en Abril 2009 en la revista Knowledge @ Wharton.
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