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¿Qué es caliente, verde y mexicano? | 
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| Para el presidente de México, Felipe Calderón, el cambio climático es el desafío más importante de este siglo y ha hecho de la lucha contra las emisiones de carbono una de las metas de su presidencia. Quiere comprometer a los mexicanos a reducir sus propias emisiones a la mitad para el 2050, ha impulsado la creación de una fundación global que recibiría contribuciones de todo el mundo (exceptuando los países más pobres) para financiar proyectos amistosos ambientalistas y Obama alabó su sugerencia de un esquema de fijación de límites máximos e intercambio de derechos de emisión con EUA. Aunque México es uno de los países más vulnerables al calentamiento global y ha sido golpeado varias veces por condiciones climáticas extremas durante el mandato de Calderón, al producir sólo un 1.5% de las emisiones del mundo, seguiría afectado haga lo que haga. Pero se debe hacer lo que se predica, más si se desea influenciar los debates sobre esta cuestión en EUA, sin contar el potencial de ganancias económicas y diplomáticas.
La producción de petróleo de México se reduce rápidamente, pero existe un gran potencial para producir energía renovable. Alrededor del 17% de su electricidad es producida por represas, e Iberdrola, una empresa de servicio público española, está construyendo una granja de viento gigante en el estado sureño de Oaxaca (donde se producen ráfagas que pueden volcar camiones), que brindará energía a 200,000 personas y evitará la emisión de 150,000 toneladas anuales de monóxido de carbono. También se negocia con Alemania una fábrica de paneles solares y Calderón está buscando inversiones norteamericanas en energía solar en el norte del país. Según estudios, la inversión necesaria para que México recorte sus emisiones en un cuarto de los niveles actuales en el 2030 traería una ganancia neta de 500,000 empleos.
La ganancia será también geopolítica, pues aunque la economía de México ocupa el lugar 11 en el mundo, tiende a picar por debajo en los asuntos internacionales, dado que su íntima integración con EUA lo hace ver como un satélite suyo. Tomar la iniciativa sobre el cambio climático podría ayudar a elevar el nivel de México, más cuando otros grandes países en desarrollo han estado menos de acuerdo en disminuir sus emisiones y eso aumentaría su capacidad para el diálogo político internacional y lo ayudaría a ser un puente entre los mundos desarrollado y en desarrollo.
Pero, ¿podrá Calderón alcanzar la disminución en un 5% de las emisiones, que ha prometido para cuando entregue su cargo en 2012? ProÁrbol, el muy nombrado esquema de reforestación, está ampliamente considerado como un fracaso. El plan gubernamental para el cambio climático no menciona cómo será financiado, dada la aguda desaceleración de la economía mexicana. Sería más creíble si estuviera apoyado por un impuesto sobre el carbono o un esquema local de fijación de límites máximos e intercambio de los derechos de emisión, para que la energía renovable pudiera competir en precio con los combustibles fósiles. Pero el presidente es un hombre de tranquila determinación y es muy pronto para rechazar sus credenciales verdes como un mero show.
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Este es el resumen del artículo "¿Qué es caliente, verde y mexicano?" publicado en Abril 18, 2009 en la revista The Economist.
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