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Las grietas abiertas por la gripe |
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| Tras casi una quincena de alta alerta y una clausura de calma fantasmal de cinco días, Ciudad de México comenzó meticulosamente a volver a su trajín normal de metrópolis. Los temores de que la gripe porcina podría convertirse en una epidemia mortal han disminuido: las pruebas han demostrado que fue responsable de menos de 50 de las 159 muertes que se reportaron en México. Hasta ahora parece apenas más contagiosa que la influenza normal y es tratable con medicamentos antivirales. A principios de mayo, el gobierno municipal de Ciudad de México levantó una prohibición que duró una semana, durante la cual los restaurantes no recibían clientes. El gobierno nacional le permitió a universidades, escuelas, iglesias y museos que reabrieran sus puertas. Los mexicanos están dejando sus mascarillas y respirando un suspiro de alivio.
Mientras ellos lo hacen, una investigación judicial de lo que se ha convertido hasta ahora en una molestia bastante leve está comenzando de la mano de las autoridades. Para algunos, la reacción oficial fue tanto tardía como excesiva. El primer paciente conocido con haber contraído la gripe, Édgar Hernández, un pequeño muchacho de una villa en el estado oriental de Veracruz, vio a un médico el 2 de abril. La primera muerte confirmada –Adela María Gutiérrez, una mujer de 39 años en el estado sureño de Oaxaca– ocurrió el 13 de abril. Pero las autoridades no enviaron muestras al exterior para los análisis genómicos, el proceso que eventualmente identificó al nuevo virus, hasta el 22 de abril.
Las medidas tomadas incluyeron el cierre de escuelas, estadios de fútbol, gimnasios, cines, bares y nightclubs; la cancelación de conciertos, juegos, festivales y servicios religiosos; la limitación de servicios de restaurantes a comida para llevar y entregas; y la ampliación de un día festivo público por un día para originar la clausura de cinco días.
Esta clausura le dio un golpe duro a la economía. Debido a sus estrechos lazos con la economía de EUA y especialmente con su maltratada industria automovilística, México ya había caído en una profunda y agravante recesión. En febrero, la producción cayó en un 10,8% comparado al mismo mes el año pasado, el peor número desde que estas cifras comenzaron a ser recolectadas en 1993. El ministro de Finanzas, Agustín Carstens, dijo que el brote de gripe porcina le quitará al PIB un 0,3% adicional este año. Algunos estimados privados son mucho más altos.
Las encuestas mostraron que el 70% de los respondientes aprobaron el manejo del brote de la gripe porcina y la actuación general del presidente Felipe Calderón. Su gobierno pronto rendirá cuentas en una elección del Congreso a principios de julio. La economía enfermiza y las dudas de si Calderón está ganando una batalla para domar a las bandas traficantes de drogas le han dado bastantes municiones a la oposición. Mientras regresa la normalidad, el Sr. Calderón tendrá que persuadir a su gente de que las acciones de su gobierno salvaron vidas.
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Este es el resumen del artículo "Las grietas abiertas por la gripe" publicado en Mayo 9, 2009 en la revista The Economist.
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