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Una nueva forma de alimentar al mundo | 
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| Si la agricultura moderna hubiera sido inventada hace poco, probablemente nadie la permitiría por el uso de pesticidas, fertilizantes y tantos otros productos químicos que implica y el daño ambiental que conlleva. La cría de animales también recibe algunas críticas por el crecimiento alimentado por hormonas y antibióticos con el resultado de productos poco saludables.
Ahora estos argumentos también se están aplicando a la acuicultura. Esta práctica ha llegado en un momento cuando el conocimiento y la preocupación ambiental son bastante altos. No tiene sentido esperar que la acuicultura surja inmediatamente como una fuente de alimentos que satisfaga a todos, desde los ambientalistas hasta economistas e industriales. El reto será regularla prudentemente y eficientemente, no sólo en el primer mundo sino en países pobres.
Ciertamente la profusión de granjas acuícolas puede ocasionar un gran caos, pero la tecnología se está encargando de aminorar los daños. Por ejemplo, la descarga de nitrógeno del cultivo del Salmón en Noruega está ahora en una sexta parte de su nivel de hace 30 años y la cantidad de alimento que se requiere es menos de la mitad.
Existen algunas interrogantes que se deben plantear a los sectores de cría de peces. Uno de los expertos del área insiste en que existen buenas y también malas maneras para ejercer la actividad. Las primeras incluyen el cultivo de plantas de consumo de los peces y la inclusión de especies que actúan como saneadores del agua. Las segundas abarcan la preferencia de la cría del Salmón (carnívoros) y otros tipos que se alimentan de otros peces provenientes del océano. Si este tipo de cría, se expande en el mundo desarrollado, se podría agravar la situación ambiental marina. De momento sin embargo la buena acuicultura representa el 80%.
Hasta ahora poco se ha hecho por la regulación de la pesca a nivel mundial. Esta actividad hace mucho que pasó el límite de lo sustentable. La pesca está decayendo y tal disminución podría ganar en rapidez. Si los gobiernos son capaces de eliminar los subsidios que mantienen a los pescadores del océano, los cultivos acuícolas no subsidiados podrían reemplazar al menos una parte de esa pesca natural que ha disminuido. Adicionalmente, si los gobiernos no eliminan tales subsidios a los pescadores de mar adentro, los bajos costos y el favorable panorama del avance tecnológico en la acuicultura harán de la pesca habitual un proceso menos y menos competitivo y poco atractivo como negocio.
La promesas de la acuicultura es que en las próximas tres décadas podría producir la mayoría de lo que provee el mar. Al mismo tiempo podría ayudar a aliviar la pobreza y la carencia de alimentos en algunos de los países más pobres. Y si se hace bien, podría ayudar a salvaguardar los recursos marinos para las generaciones futuras.
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Este es el resumen del artículo "Una nueva forma de alimentar al mundo" publicado en Agosto 09, 2003 en la revista The Economist.
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