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Desempolvando una gran idea en tiempos difíciles |
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| Mientras las compañías buscan la manera de recortar sus gastos ante la actual recesión, algunas están redescubriendo la innovación automatizada. A principios del 2000, la autoinnovación fue anunciada como la gran tendencia. En vez de depender de sus ingenieros y diseñadores, las computadoras se encargarían de diseñar nuevos productos a partir de las características de productos previamente exitosos. Hewlett-Packard y Pfizer estaban entre estas compañías. HP creó el GP Lab para experimentar con un programa informático capaz de analizar los “genes” de sus invenciones anteriores y establecer un camino evolutivo para sus productos. Por su parte, la Pfizer equipó a 1.500 científicos con un programa informático capaz de identificar químicos que se pudieran convertir en fármacos.
Pero estos esfuerzos iniciales de autoinnovación no rindieron sus frutos. Las investigaciones realizadas en la Pfizer llegaron todas a un callejón sin salida y le dieron un gran zarpazo al presupuesto. Por su parte, la HP descubrió que si bien el GP Lab había diseñado unos dispositivos de almacenamiento de información muy interesantes, ninguno le había resultado atractivo a la clientela. Así pues, la autoinnovación se fue tan pronto como apareció. Pero, ahora que las compañías están en la necesidad de obtener el máximo por cada dólar, la innovación automatizada está de vuelta. Sin embargo, en vez de tratar de crear nuevos productos, la idea ahora es tratar de mejorar los procesos comerciales.
Ahora, los algoritmos que una vez fueron usados para desarrollar nuevos productos, están siendo utilizados por docenas de compañías con el fin de reducir sus gastos. Este es el caso de Natural Selection, la compañía que desarrolló el programa de autoinnovación para la Pfizer, y que ahora está optimizando los procesos de compañías como la General Electric y de la Fuerza Aérea de los EUA. Por su parte, la HP y la Pfizer han vuelto también a adoptar la autoinnovación.
Las aventuras (o desventuras) de HP demuestran en particular que las ideas venidas a menos pueden ser muy valiosas si les damos una segunda oportunidad. “Las innovaciones exitosas suelen desarrollarse sobre las ideas fallidas”, señala Scott D. Anthony, presidente de la consultora comercial Innosight. Al igual que los investigadores de 3M y Google, los científicos de la HP tienen que dedicarle un tiempo de la semana laboral a sus proyectos particulares.
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Este es el resumen del artículo "Desempolvando una gran idea en tiempos difíciles" publicado en Junio 22, 2009 en la revista Business Week.
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