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Esto va a doler: la reforma de salud en EUA | 
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| La mayoría de los ciudadanos de EUA votaron a favor Barack Obama en busca de una reforma de su ineficiente sistema de salud; sin embargo, todavía no han visto que las promesas hayan tomado forma, lo que podría empezar a despertar el descontento en la población.
En la economía más rica del mundo, tener un seguro médico es un lujo, ya que resulta excesivamente costoso. De hecho, casi 50 millones de estadounidenses no cuentan con la cobertura de un seguro de salud y los pocos que están asegurados pagan sumas exorbitantes por ella; incluso corren con la desdicha de caer en quiebra si sufren de alguna enfermedad.
El costo de la salud afecta a la economía de EUA de diversas formas: 1) el Estado ofrece asistencia en salud a la mitad de la población (niños, pobres, ancianos, empleados públicos), lo que impone una dura carga a los contribuyentes y reduce los presupuestos del Estado, 2) los esquemas costosos de seguros médicos privados representan un problema para las empresas, lo que ha llevado a varias a la quiebra o a eliminar incluso el beneficio de cobertura médica del contrato de sus empleados y 3) las altas primas reducen los salarios de los trabajadores.
Todos apuestan por que el modelo de salud sea mayoritariamente privado y que incluya, a su vez, a aquéllos sin seguro y se reduzcan los costes. No obstante, para lograrlo, se requerirá de una dosis mayor de audacia por parte de Obama, quien debería promulgar un mandato en el que los ciudadanos pobres reciban subsidios y las aseguradoras sean obligadas a ofrecer planes de coberturas asequibles y a incluir a los enfermos y ancianos; sin embargo éste se ha negado a llevar a cabo este plan.
El problema es que estos subsidios, al igual que el sistema sanitario, resultan muy costosos para el gobierno, el cual aún batalla para manejar el aumento de impuestos y el estímulo de ahorros. Una estrategia audaz para hacer frente a esta situación sería: 1) deducir los impuestos a las compañías que ofrezcan paquetes de asistencia sanitaria a sus empleados, 2) implementar un sistema de salud controlado en el que se evalúe la necesidad real de las intervenciones quirúrgicas y de los medicamentos y 3) pagar al personal médico basándose en su rendimiento, no en tarifas por servicio (mientras más servicios solicitan, más ganan).
Por otra parte, el gobierno podría diseñar un plan público de salud basado en resultados, el cual compita con la industria privada, logrando así cambiar la manera cómo los hospitales y médicos han manejado la gestión sanitaria hasta el momento.
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Este es el resumen del artículo "Esto va a doler: la reforma de salud en EUA" publicado en Junio 27, 2009 en la revista The Economist.
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