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España intenta promover los emprendimientos | 
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| Además de entretener a millones de pequeñines alrededor del mundo, Pocoyó, un personaje de los dibujos animados, recientemente capturó de manera breve la atención de inversionistas españoles. Zinkia, la compañía que produce el programa, se convirtió en la primera corporación en ser listada en el nuevo pequeño mercado bursátil de España, el Mercado Alternativo Bursátil (MAB), creado para nutrir empresas en su etapa de niñez y ayudar a la mayoría de ellas a alcanzar la madurez.
Los banqueros dicen que existe una larga fila de pequeñas empresas esperando a ser listadas en el MAB –el mismo mercado bursátil calcula que España posee alrededor de 5.000 compañías elegibles. Existen buenas ideas de negocio allá afuera, pero casi nadie está dispuesto a proveer los fondos para ellas en estos momentos. El capital de riesgo es virtualmente inexistente en España. El MAB podría dar lugar a más capital de riesgo suministrándoles a los inversionistas una salida posible.
Las acciones de Zinkia fueron vendidas de puerta en puerta en su mayoría a “oficinas familiares”, los vehículos de inversión de familias adineradas. Hartas de los productos financieros sin brillo ofrecidos por los bancos, éstas cada vez más se encuentran ansiosas de invertir en compañías en crecimiento. Pero estos inversionistas siguen siendo cautelosos, ni mucho menos por la falta de liquidez en las acciones de las pequeñas empresas. De cualquier modo, Zinkia fue demasiado avariciosa con respecto a su valorización. Ella terminó poniéndole precio a sus acciones en 27,5%, por debajo del fondo del precio indicativo que colocó para su oferta pública inicial, valorando a la compañía en 40 millones de euros (US$56 millones) y renunciando a los planes de venta de acciones por parte de accionistas existentes.
Incluso si el MAB llega a despegar, el financiamiento no es lo único que se encuentra reteniendo a los empresarios. Los españoles son más bien adversos al riesgo. “Si Bill Gates hubiera vivido en España, Microsoft nunca hubiera existido”, dice un economista de la Universidad de Columbia en Nueva York. Muchos otros además culpan a la cultura local del “pelotazo” –la búsqueda de dinero fácil en vez de pacientemente formar un negocio. El gobierno español está ansioso de alentar a más empresas pequeñas innovadoras ofreciéndoles líneas de crédito. Para fomentar a las empresas con mayor oportunidad en convertirse en un Microsoft español, los incentivos para capital de riesgo y para invertir en el MAB podrían ayudar.
El incremento en el gasto gubernamental en investigación y desarrollo es importante, pero el solo hecho de tirarles dinero a los científicos no funcionará. Existe la necesidad de vínculos más fuertes entre negocios y universidades. Las compañías además se quejan de que la educación en el país pone demasiado énfasis en el aprendizaje de memoria en vez del pensamiento crítico. Y el gobierno pudiera reducir los trámites burocráticos innecesarios. Se toman 47 días para abrir un nuevo negocio en España, comparado con seis días en EUA, de acuerdo a una encuesta del Banco Mundial. Así como muchos otros países lo han descubierto, en cuanto a nutrir empresas en su etapa de niñez, en cuanto a criar niños, no existen respuestas fáciles.
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Este es el resumen del artículo "España intenta promover los emprendimientos" publicado en Julio 18, 2009 en la revista The Economist.
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