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Asia: un rebote asombroso |
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| Siempre es mejor no subestimar la capacidad de rebote de las economías emergentes de Asia. Tras la crisis financiera que sufrió la región en 1997 y, luego, en el 2001, los analistas pronosticaron un largo período de recesión. Pero los llamados “tigres” se recuperaron rápidamente. A principios de este año se comentaba que estas economías tan dependientes de las exportaciones no podrían revivir hasta que los clientes del mundo rico no se recuperaran. Occidente sigue débil. Buena parte de sus economías se contrajeron en el segundo trimestre. Ni que EUA comenzara a crecer en la segunda mitad del año, aumentaría el gasto por parte de los consumidores. Sin embargo, las economías asiáticas, cada vez más independientes de los hábitos comerciales Occidentales, están creciendo rápidamente.
Las cuatro economías emergentes asiáticas que han publicado sus cifras del PIB correspondientes al segundo trimestre (China, Indonesia, Corea del Sur y Singapur) crecieron a una tasa anual promedio de más de 10%. Incluso Japón parece estarse recuperando más rápido que los países Occidentales. Es posible que el Asia emergente crezca en más de 5% este año, justo cuando el viejo G7 está en peligro de contraerse en 3,5%. Los políticos Occidentales tendrán que seguir hablando de cómo el poder económico se está mudando inexorablemente al Asia. ¿Cómo ha logrado Asia este increíble rebote económico?
Podemos citar aquí varias razones.
1) La manufactura es un sector muy importante para varias de las economías de la región. Algunas industrias tales como la automotriz y la de aparatos electrónicos son muy cíclicas. Por tanto, la producción cae bruscamente en épocas de recesión y se acelera en tiempos de bonanza.
2) La caída de las exportaciones de la región a finales del 2008 se vio acelerada por el congelamiento de las finanzas globales, que ahora se están reactivando.
3) Lo más importante, el gasto interno se ha reactivado gracias a que los estímulos fiscales fueron mayores y funcionaron mejor en esta región que en Occidente.
Dejando a la India de lado, los asiáticos entraron en esta recesión con unas finanzas gubernamentales mucho más saludables que las de los países ricos, lo que les permitió gastar más dinero. El hecho de que el sector privado estuviera poco endeudado trajo como consecuencia que los hogares y las firmas gastaran las ayudas gubernamentales. Los bancos asiáticos también estaban en mejor estado que los Occidentales, lo que les permitió hacer más préstamos. Su prudencia durante la década pasada no le permitió a Asia escapar de la recesión, pero sí permitió que las armas fiscales y monetarias de la región fueran más efectivas.
Seguro que los populistas Occidentales volverán a culpar de su propia ineficacia a la “injusta” Asia. Pero es mejor ignorarlos. La tasa de crecimiento promedio de la Asia emergente, que ha sido de 8% en las últimas dos décadas (tres veces la tasa del mundo rico), le ha brindado grandes beneficios al resto del mundo. Este rebote de la región es de suma utilidad ahora que el crecimiento de Occidente avanza lentamente. Asia no puede reemplazar a los consumidores estadounidenses, pues el consumo del Asia emergente equivale a sólo dos quintos del consumo estadounidense. No obstante, lo que realmente importa es el crecimiento del gasto. Si hacemos un cálculo en dólares, el incremento del consumo en el Asía emergente de este año contrarrestará la caída del consumo tanto en EUA como en la zona euro. Esta reubicación del gasto desde Occidente hasta el Asia permitirá que la economía mundial logre un balance.
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Este es el resumen del artículo "Asia: un rebote asombroso" publicado en Agosto 15, 2009 en la revista The Economist.
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