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El futuro de la manufactura |
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| Este mes se cumple el décimo quinto aniversario del lanzamiento del navegador Netscape y del inicio de la Internet como fenómeno comercial. La Red ha permitido crear cientos de grandes compañías como Netscape, Amazon, Yahoo y eBay; pero quizá lo más importante es que les ha facilitado la vida a millones de pequeñas compañías. Hoy en día, casi cualquier negocio aprovecha la Red para hacer publicidad, pertrecharse de materiales o mantener el contacto con sus clientes y empleados. Asimismo, algunas compañías ambiciosas tales como Facebook, Twitter y Flickr han aprovechado la caída de los costos de los servidores, la banda ancha y el poder informático para ofrecer servicios gratuitos que han cambiado nuestra manera de comunicarnos.
Pero, ¿y si todos estos cambios fueran tan sólo el comienzo de algo más grande? ¿Qué tal si las mismas tecnologías que nos permiten hoy en día publicar una queja, colgar un mensaje en Twitter o colgar una fotografía le permitieran a cualquiera que tenga una computadora y conexión a Internet abrir su propia fábrica? Esto ya está sucediendo si bien a pequeña escala. Threadless, fabricante de camisetas, y 19 Entertainment, que produce American Idol, le brindan a cualquiera la oportunidad de convertirse en creadores de productos masivos. Asimismo, hay sitios Web que venden kits para que los clientes construyan sus propios dispositivos electrónicos, así como juguetes e, incluso, cereal para el desayuno. Pero, a pesar de los beneficios de la producción en masa (ropa barata, transporte confiable, televisores gigantescos), esta no ha hecho mucho por la gente que quiere crear cosas. De nada nos sirve imaginarnos un mueble si luego no contamos con las máquinas necesarias para construirlo.
Pero esto está cambiando con Ponoko.com. Digamos que entramos a la página Web de Ponoko y vemos una lámpara que nos gusta. Dicha lámpara fue diseñada por miles de colaboradores en línea y no está en inventario hasta que alguien decide comprarla. Así que nuestra orden pone a funcionar un cortador láser que en pocas horas fabrica la lámpara según nuestras especificaciones personales. También podemos escoger el material. Ponoko ofrece docenas de opciones: cuero, bronce, madera, etc. ¿Quiere que su producto sea de acrílico rosado y tenga su nombre inscrito a un lado? No hay problema. Basta con escribir el texto y pulsar algunos botones en la página Web de Ponoko. Recibiremos nuestro producto a finales de la semana que viene. Ponoko cobra según el material utilizado más US$ 2 por minuto que funcione el cortador láser. Los diseñadores que venden sus productos por este sitio Web cobran según el precio que le pongan a sus diseños.
Los expertos en innovación han inventado una cantidad de neologismos para designar este nuevo modelo de negocios: manufactura distribuida, personalización en masa e individualización en masa. Según Frank Piller, profesor de la Universidad RWTH Aachen, especialista en nuevos modelos de negocio, asegura que “actualmente estamos en un estadio intermedio en el que está bien definido todo lo que podemos personalizar. Lo que hace de Ponoko una compañía diferente es que ha roto con las reglas de lo que podemos personalizar”.
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Este es el resumen del artículo "El futuro de la manufactura" publicado en Octubre 2009 en la revista Inc.
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