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Qué se debe hacer |
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| Aunque la electricidad es un servicio que se considera como garantizado, el hacerlo disponible para su uso es todo un proceso. La fuente nacional que envía electrones a computadoras y otros dispositivos es en esencia un inmenso circuito eléctrico. Si una línea de transmisión falla, el sistema debe inmediatamente reorientar el poder a otras líneas porque de lo contrario, otras plantas caerían como piezas de dominó causando apagones masivos. Los gerentes deben mantener este delicado balance usando su juicio para mantener el flujo eléctrico; problemas como el del pasado 14 de agosto son resueltos constantemente, por lo que el apagón que conmocionó a Estados Unidos no debió haber ocurrido.
Las razones de la falla y de la repuesta a las medidas de emergencia son todavía desconocidas, pero para quienes entienden la vulnerabilidad de la fuente eléctrica, no existe misterio sobre los pasos que se deben seguir a fin de reducir los posibles futuros apagones. Ellos tienen la visión de un sistema digital tecnológicamente avanzado, con suficiente inteligencia para gerenciar el frágil balance. He aquí lo que se necesita:
Estándares uniformes y rígidos: después del corte de electricidad de 1965, se creó el North American Electric Reliability Council para establecer los estándares y las reglas sobre detalles técnicos claves, pero estas normas son voluntarias y casi nunca se cumplen, lo cual puede ocasionar problemas cuando los electrones fluyen por regiones que usan normativas diferentes. La solución simple sería imponer estándares nacionales mediante el organismo.
Tecnología de Información: cada componente eléctrico está protegido por corta circuitos que pueden abrirse para remover o reparar la línea que se haya dañado. El problema es que no existe comunicación entre las diferentes partes de la red y no hay manera de que un operador sepa los detalles de lo que ocurre en otras áreas. En respuesta, se ha desarrollado un software que pueda “mirar” a través y permita la mejor gerencia del flujo de electricidad.
Interruptores digitales más rápidos: los actuales cortacorrientes del flujo eléctrico son muy lentos en comparación con el desplazamiento de electrones. Como resultado siempre hay un retraso en la respuesta a los problemas. Por esta razón se trabaja actualmente en el diseño de interruptores digitales que operen a la velocidad de la luz.
Otros recursos o requerimientos serían accesos a corrientes directas (actualmente la red opera con corrientes alternas lo que hace más difícil los procedimientos ya que las pequeñas fluctuaciones de frecuencia pueden dañar los equipos) y fuentes distribuidas de poder (si los sistemas de subterráneos, hospitales, fábricas, edificios de oficinas e incluso los hogares contaran con sus propias fuentes de poder, los apagones serían menos conflictivos).
Lógicamente la tecnología no podrá evitar por completo las fallas del sistema. No hay manera de garantizar que un proceso tan complejo no se obstaculizará en algún momento, pero las medidas mencionadas anteriormente podrían reducir las posibilidades.
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Este es el resumen del artículo "Qué se debe hacer" publicado en Septiembre 01, 2003 en la revista Business Week.
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