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Hablando honestamente sobre evaluación del desempeño | 
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| Es época de evaluación – y no existe otro tema que genere mayor debate entre empleados y gerentes.
No soy un niño…(contado por el empleado)
¿Qué hago sentado con mi jefe con los brazos cruzados, luchando por mantenerme atento mientras el revisa mi evaluación? Así es todos los años…escucho que soy un 3 en esto, un 5 en lo otro, o quizás un “aceptable” o ¿dijo “excelente”?. No entiendo la relevancia de esas calificaciones. Odio este ritual. No soy un niño, y no quiero que me califiquen otra vez en mi vida. ¿Por qué insiste la empresa?
Hablo con mi jefe todo el tiempo, se lo que piensa, lo que le gusta y lo que no. Me contrató porque le gusta lo que hago. Genero toneladas de dinero para la empresa. Puede ver mi trabajo por todas partes. A los clientes les gusta. Sin embargo, aquí estoy, y se lo que viene: discutir mis habilidades interpersonales. Me llevo bien con mis colegas, pero eso no impide que mi nueva asistente, a quien le tengo que pedir las cosas tres veces, se halla quejado porque a principios de año en medio de una crisis, dije unas malas palabras. Eso quedará en mi registro. Pero total, ya me aumentaron el sueldo este año. Claro, está ese cargo al que aspiro…estoy seguro que estoy mejor calificado que mi oponente…¿lo perderé por esta bendita evaluación?
No sólo se trata de ti (contado por el gerente)
Conozco esa mirada: la he visto en la oficina del dentista y en la fila el domingo para confesarse. Es la mirada que tienen cuando entran a mi oficina para la evaluación anual. Si hay que evaluar (y hay que hacerlo, todas las empresas lo piden hoy en día), lo haré a mi manera – relajado, con café y galletas. Prefiero una larga y valiosa conversación que sentarme a analizar hojas de cálculo.
Trato de caminar por la empresa, y de hablar con todos cada día sobre ellos y sus responsabilidades. Pero con frecuencia, me encierro en mi mundo, y al trabajar para mi, mereces saber, al menos una vez al año, donde estás parado. Mereces que te escuche. No quiero repasar lo que hiciste bien o mal durante el año. Quiero que me digas por qué ocurrieron las cosas…en qué estás trabajando…cual es tu próximo proyecto…pero especialmente…qué necesitas para ser exitoso.
Alguna vez yo hice tu trabajo, y lo hice bien, así que hay cosas que quiero que mejores; pero…¿me ayudarás a mi y a la empresa a tener éxito? Los jefes vienen y se van…pero si tu mejoras, mejoramos todos. Y que tu mejores es parte de mi trabajo. La gente odia ser criticada, pero la evaluación nos permite ver hacia el futuro. Cuando vengas, trae ya los formularios de RH. Hagámoslo sencillo. Evalúate a ti mismo. He notado que la gente es más honesta y dura consigo misma que lo que sería yo. Si no estoy de acuerdo con lo que colocas, lo discutiremos. Te confieso que como está la economía, tu evaluación no cambiará tu sueldo tanto como yo quisiera. Y si tengo que despedir a alguien, quiero que sepa que su evaluación fue justa y precisa. Por cierto…a mi también me evalúan…
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Este es el resumen del artículo "Hablando honestamente sobre evaluación del desempeño" publicado en Diciembre 2009 en la revista Entrepreneur.
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