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Por qué Copenhagen todavía es importante | 
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| Hace dos años, en la isla de Bali, representantes de 180 naciones acordaron una ambiciosa línea de tiempo para alcanzar un acuerdo global y así enfrentar el cambio climático. La Ruta de Bali, como fue nombrada, identificaba los asuntos clave a ser resueltos y estableció como plazo el 2009 para completar las negociaciones.
Ya el plazo se cumplió. Aunque las naciones se reunieran para las charlas climáticas en Copenhague, la negociación real apenas acaba de comenzar. El borrador es una larga y confusa recopilación de cada una de las proposiciones provenientes de una gran cantidad de naciones. Muchas de las ideas son implausibles, pero todas siguen siendo válidas. El presidente de EUA, Barack Obama, y otros líderes mundiales recientemente confirmaron lo que fue ampliamente temido: Copenhague no entregará un acuerdo legal final. El objetivo ahora es una negociación política interina que dará como resultado un tratado completo para el año 2010.
La demora es decepcionante para muchos, pero no resulta sorpresiva. Obama está colocando un objetivo “provisional” sobre la mesa, pero hasta que el Congreso promulgue una legislación comprensible sobre el clima, EUA no está en posición de asumir un compromiso obligatorio internacional. Y existen otros muchos obstáculos. Los gobiernos todavía permanecen muy apartados de asuntos primordiales: cómo financiar esfuerzos más grandes en países en vías de desarrollo; si las grandes economías emergentes como China asumirán compromisos obligatorios; y cómo el cumplimiento será verificado.
Con el liderazgo de las principales naciones del mundo, necesitamos un acuerdo internacional para garantizar que todos los países estén poniendo de su parte en reducir las emisiones y que estos esfuerzos combinados nos lleven a un lugar en donde los científicos nos afirmen que podemos evitar los peores efectos del cambio climático.
Copenhague nos puede impulsar hacia ese objetivo. Muchos gobiernos llegaron preparados para anunciar compromisos políticos. Se puede esperar que las naciones acaudaladas prometan dinero por adelantado para ayudar a las naciones más pobres a reducir las emisiones y adaptarse al cambio climático. Pero es crítico que las charlas en Copenhague logren un progreso substancial en establecer el marco legal e institucional para convertir estas promesas en un tratado de compromiso con un diseño robusto. Debe existir una claridad legal sobre los compromisos de los países y su cumplimiento para con ellos, de modo que cada uno pueda tener confianza en que todos están poniendo su granito de arena. Y debe existir un sistema sensible y responsable para suministrarles el apoyo que necesitarán los países en vías de desarrollo para que así pongan de su parte.
Nadie esperaba milagros de la reunión de Copenhague en diciembre. Pero es imperativo que se vean ganancias genuinas –con el objetivo de acordar un acuerdo climático final cuando los negociadores se reúnan a finales de 2010 en la Ciudad de México. La Ruta de Bali malinterpretó la distancia desde Bali hasta un acuerdo final, pero al menos podemos alegrarnos de que las naciones del mundo están todavía juntas en esta ruta. El desafío es mantener el curso hacia un destino que se pruebe a sí mismo como uno en que haya valido la pena el viaje.
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Este es el resumen del artículo "Por qué Copenhagen todavía es importante" publicado en Diciembre 14, 2009 en la revista Business Week.
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