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Hacer del fracaso un éxito | 
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| El modelo estadounidense nunca se había visto tan opacado. La tasa de desempleo en EUA es de 10%. Los comedores populares están floreciendo en toda la ciudad de Nueva York y en otras ciudades. Las compañías que una vez fueran ejemplo de espíritu empresarial están mordiendo el polvo. Sin embargo, EUA sigue siendo ejemplo para el resto del mundo en un cierto sentido: su posición ante la bancarrota empresarial. Quizá esto suene disparatado. Por una parte, el excesivo apetito de riesgo de EUA inició una recesión mundial. Por la otra, los consumidores estadounidenses están incumpliendo con el pago de sus deudas y esperando que el resto de la sociedad asuma unas cuentas producto del derroche. Pero los países que quieran evitar una carnicería corporativa innecesaria deberían tomar en cuenta el ejemplo de EUA.
La actitud de EUA ante la bancarrota corporativa está diseñada para reinyectar los recursos económicos tan pronto como sea posible.. Esto significa distinguir entre las compañías viables y las heridas de muerte. También significa hacer presión en las cortes para que se ocupen de los casos de bancarrota tan rápido como sea posible. La Chrysler y la General Motors estaban en manos de “nuevos dueños” a tan sólo 45 días después de declararse en bancarrota. También significa ser indulgentes con las compañías quebradas: no se trata de pecadoras sino de casos desafortunados que merecen una segunda oportunidad.
La generosidad de EUA con los fracasados del capitalismo ha funcionado muy bien. No sólo ha evitado que las grandes compañías (por ejemplo, United Airlines y General Motors) sufrieran una liquidación prematura sino que, además, también ha permitido elevar el poder empresarial de EUA. La bancarrota es un peligro común entre los emprendedores; incluso los más experimentados fracasan con más frecuencia de lo que se cree. La generosidad con la que EUA ha tratado los casos de bancarrota permite que los novatos monten nuevos negocios y que los que hayan fracasado comiencen de nuevo. La buena noticia es que un creciente número de países están siguiendo el ejemplo de EUA. Inglaterra acaba de promulgar una serie de leyes que facilitan la creación de nuevos negocios. Por su parte, China adoptó en el 2007 una nueva ley de bancarrota que facilita la reestructuración de firmas poco solventes.
La crisis crediticia ha acelerado el ritmo de las reformas. El reporte anual del Banco Mundial ofrece una serie de ejemplos. Buena parte de los gobiernos están tratando de reformar sus sistemas legislativos con el fin de acelerar los procedimientos ligados a la bancarrota. Docenas de países están tratando de ofrecerles más oportunidades a las compañías para que estas se reorganicen antes de tener que apelar al revolver. Francia y Alemania están entre los primeros países que han hecho reformas. Pero esta idea también está corriendo por Europa del Este y el norte de África. Promulgar leyes que sean menos severas con los casos de bancarrota no será fácil, sobre todo para los países pobres que cuentan con un sistema legal deficiente. Según el Banco Mundial, la mayor parte de las reformas han tenido lugar en el mundo rico.
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Este es el resumen del artículo "Hacer del fracaso un éxito" publicado en Enero 9, 2009 en la revista The Economist.
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