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Marxistas con un mejor plan de negocio | 
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| De acuerdo a un documento obtenido por la inteligencia militar colombiana, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) –el ejército guerrillero más grande de esa nación suramericana– hizo una negociación en 2007 para suministrar directamente en consignación a los carteles de droga mexicanos, pasando por encima de las pandillas que habían servido previamente como intermediarios.
Bajo el pacto, las FARC tomaron posesión para proporcionarle a una clase de vendedor que financiara envíos de toneladas de cocaína, en esencia asumiendo más riesgo en la búsqueda de márgenes mayores. El desbordamiento de dinero que ha fluido a las guerrillas desde entonces las ha ayudado a permanecer como una amenaza para el gobierno del presidente Álvaro Uribe.
Las FARC, un grupo marxista, han estado luchando para derrocar al gobierno de Colombia por 45 años, lo que las convierte en la fuerza guerrillera más antigua de América Latina. Hace más de una década comenzaron financiando sus operaciones con ventas de cocaína y desde entonces se han convertido en los productores más grandes del mundo. Colombia suministra más del 90% de la cocaína que entra a EUA, según la Oficina de la Casa Blanca de Política Nacional para el Control de las Drogas. El Departamento de Justicia de EUA estima que US$17,2 mil millones en drogas ilegales entran a EUA desde México cada año.
La junta que ideó la nueva economía de intercambio tuvo lugar en el escondite selvático de Raúl Reyes, entonces el segundo al mando del comité ejecutivo de siete miembros de las FARC, de acuerdo al Ministerio Nacional de Defensa de Colombia. Reyes, entonces con 58 años de edad, describió la junta en una carta de una página con fecha del 4 de agosto de 2007. Él estaba buscando nuevas formas para que las FARC hicieran negocios luego de que la ofensiva militar de Uribe forzara a las guerrillas a irse a áreas remotas, socavando sus ganancias provenientes de la extorsión y los secuestros.
En la carta, Reyes reportó que cuatro meses antes un emisario colombiano de un cartel mexicano, identificado como “Camilo”, había venido a su campamento. Dos camaradas de alto nivel de las FARC también asistieron a la junta. La discusión involucraba una negociación inicial de cinco toneladas de cocaína. “Ellos ofrecían a las FARC llevar el producto a México y Europa”, Reyes escribió en la carta, dirigida a otros tres comandantes. Cada kilo enviado a México “cuesta US$3.500 y se vende por US$9.000. Eso representa una ganancia de US$5.500. Para Europa, el enviar allá el producto y traer de vuelta el dinero, costará US$15.000 y éste se vende por US$30.000. La ganancia será de US$15.000”. Reyes le propuso a sus camaradas de las FARC “invertir” 250 millones de pesos colombianos (US$125.000) para enviar 100 kilos de cocaína como período de prueba y ser vendida a los mexicanos para una ganancia de 700 millones de pesos “si todo sale bien”. Las FARC reinvertirían la mitad de la ganancia y enviarían unos 140 kilos adicionales.
Según un funcionario colombiano quien hablara en condición de anonimidad, el acuerdo les ha dado a las FARC la oportunidad de duplicar sus ganancias. Pero el rol de Reyes terminó siete meses después de la junta en la selva cuando tropas colombianas lo asesinaron durante una redada en su campamento localizado sobre la frontera ecuatoriana. Los investigadores colombianos extrajeron documentos de los computadores de Reyes. Éstos fueron posteriormente autenticados por la Interpol, la agencia policial internacional.
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Este es el resumen del artículo "Marxistas con un mejor plan de negocio" publicado en Febrero 1, 2010 en la revista Business Week.
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