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La mira en los pobres | 
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| El gobierno emprendido por el Partido de los Trabajadores con Lula a la cabeza, no ha sido muy contundente en demostrar su dedicación a la justicia social. Su programa Cero Hambre capturó la atención de nacionales y foráneos, pero ha sido calificado por muchos como poco efectivo y pasado de moda. Además, sembró cierta confusión burocrática creando ministerios extras para los problemas sociales mientras que Lula es acusado de querer impresionar a los organismos financistas internacionales con apretados presupuestos que excluyen a los pobres.
Pero el enredo puede que acabe pronto ya que el primer mandatario está dispuesto a relanzar su política anti pobreza. Se trata de algunos programas para transferir dinero a los estratos de menores recursos.
Brasil no tiene todavía un lineamiento sobre la pobreza, más de la mitad de los pobres y la mayoría de los indigentes viven en el noreste del país. Otra gran cantidad se ubica en las ciudades. Aparte de las minorías históricas, existe una “nueva pobreza”, los blancos educados expulsados de la actividad laboral por la liberación del mercado, la privatización y el cambio económico. En Sao Paulo el desempleo ha llegado a 1,3 millones. A la situación no ha ayudado el poco crecimiento económico registrado y la desigual distribución de los recursos en la población. El Estado invierte 16% del PIB en programas sociales pero esto hace poco. Las pensiones consumen dos tercios del gasto social mientras que el resto queda para salud y educación. La asistencia social para los sectores desposeídos solo cuenta con un 0,4% del PIB.
En el caso de Lula, parece que mantendrá algunas soluciones puestas en práctica por Cardoso, su predecesor, como los programas para la transferencia directa del ingreso a las familias pobres (la Bolsa-Escola que pedía a cambio que los niños se mantuvieran en las escuelas) y el uso de la tecnología de información para identificar los segmentos más necesitados y hacer que los recursos llegaran a los mismos. El Projeto Alvorada fue otra de las opciones del ex mandatario que incluía obras de higienización y construcción de escuelas. Alagoas una de las zonas más pobres, fue transformada por este proyecto (ahora cuenta con sistema de agua, los profesores reciben buen salario y muchos son graduados universitarios).
Lula ha cesado la práctica de algunos planes de Cardoso, pero ha sido lento en pasar a los beneficiarios al amparo de otros programas. A ello se suma la austeridad y la confusión. El Cero Hambre, que combina la ayuda de entrega de emergencia de alimentos con medidas estructurales, como construir pozos en comunidades sin agua, no ayuda al desarrollo de un programa anti pobreza. El problema es que Lula trató de reinventar una rueda que ya iba en la dirección correcta.
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Este es el resumen del artículo "La mira en los pobres" publicado en Agosto 16, 2003 en la revista The Economist.
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