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Enfrentando a China |
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| Tras seis décadas, Taiwán se ha vuelto un problema entre China y EUA. En 1986, Deng Xiaoping dijo que Taiwán era “un obstáculo para las relaciones entre ambas naciones”. Así que resultó de los más habitual cuando el gobierno chino protestó esta semana por la decisión de los EUA de venderle armas a Taiwán. Esto ya ha pasado anteriormente y las aguas han vuelto a su cauce. Pero las quejas son cada vez más tormentosas y la relación bilateral más importante de todo el mundo se está amargando. Si las cosas salen mal, los historiadores culparán sin duda las agresiones de China; pero también pondrán bajo la lupa el gobierno de Barack Obama. Como para resaltar los peligros subyacentes, esta vez China fue más allá de las amenazas usuales. De hecho, anunció posibles sanciones contra las firmas estadounidenses y el cese de la cooperación de ciertos asuntos internacionales.
La inusual ferocidad del régimen chino implica tres subcorrientes muy peligrosas:
1) El fracaso de las acciones políticas chinas en relación con Taiwán. Durante la presidencia de Ma Ying-jeou, las relaciones de Taiwán con la tierra firme han mejorado como nunca antes. El turismo y el comercio se han fortalecido. También se está negociando un tratado de libre comercio. Sin embargo, la reunificación de ambas naciones ha progresado muy poco. La mayoría de los taiwaneses quieren cooperación económica e independencia.
2) China, tras superar exitosamente la crisis financiera de 2008, está cada vez más asertiva y menos tolerante. Dado que se trata de una economía muy robusta, China ha hecho sentir su peso en todo el mundo. Por ejemplo, jugó un papel central en las discusiones sobre el calentamiento global de Copenhague. Los chinos quieren ahora opinar sobre todo y ser escuchados.
3) Desde que abrió su economía en 1978, China ha estado tratando de alcanzar al Occidente rico. Por tal motivo, buena parte de los chinos creen que el país terminará por “occidentalizarse”. Pero la crisis en Occidente ha socavado esta idea. La mayoría de los chinos cree ahora que el país tiene poco que aprender del mundo rico.
Occidente no debería entrar en pánico. En vez de tratar de contener a China, Occidente debería procurar que el país asiático asumiera su cuota de dominio global. Por lo general, China evade sus responsabilidades diciendo que es todavía un país pobre. Pero se la debe conminar a asumir el papel que le corresponde en los diversos temas que aquejan al mundo: calentamiento global, Irán, etc. Dado que es el mayor exportador del mundo, a China le interesa vivir en un mundo armonioso que cuente con un buen sistema de comercio.
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Este es el resumen del artículo "Enfrentando a China" publicado en Febrero 6, 2010 en la revista The Economist.
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