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Saliendo del foso | 
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| La empresa automotriz Toyota está enfrentando serios problemas no sólo por la caída en sus ventas mundiales como resultado de la recesión financiera mundial, sino, más que todo, por la crisis mediática que ha venido atacando la reputación de la gigante corporativa desde hace unas semanas.
Un gran número de demandas legales fueron interpuestas en contra de la empresa después de que se produjeran una serie de incidentes relacionados con el sistema de aceleración y freno de los vehículos de la famosa marca automotriz.
Si bien los fabricantes de artículos de consumo están acostumbrados a hacer retiros de sus productos, lo cierto es que estas acciones las ejecutan de manera rápida y silenciosamente para evitar dañar su reputación y, en algunos casos, ganar elogios de los consumidores que sienten que sus preocupaciones son tomadas en cuenta por la compañía.
Toyota, no obstante, falló en actuar con rapidez y dar respuestas a las denuncias. Por ende, ahora su equivocación ha acaparado las páginas principales de los periódicos, lo que pone en peligro el prestigio de su marca construida sobre la base de la calidad.
Después de muchos accidentes, la multinacional reconoció la existencia de algún problema con sus vehículos, pero no dio explicaciones concretas, sino que envió mensajes confusos a sus clientes. Tras varias suposiciones inciertas, descubrieron que los accidentes eran causados por un fallo en el mecanismo del acelerador, lo que llevó finalmente a un retiro mundial de 8 millones de vehículos.
Cuando ya todo parecía estar solucionado, apareció otro inconveniente: un problema en el sistema de software de los frenos de sus vehículos híbridos, lo que obligó a Toyota a retirar nuevamente unas 440.000 unidades a nivel mundial.
Como si los daños a su reputación no resultasen suficientes, empezaron a circular nuevos rumores sobre la falta de liderazgo en la empresa, ya que, no fue sino hasta hace poco, cuando el presidente de Toyota Akio Toyoda y un nieto del fundador se decidieron a dar una rueda de prensa para aclarar la situación.
En medio de este turbio panorama, la colosal automotriz debe resaltar en sus actuaciones y operaciones de logística, 1) precisando la causa de los incidentes, 2) arreglando millones de vehículos con velocidad, precisión y cortesía, 3) asumiendo responsabilidad plena por los accidentes, 4) evitando altercados legales en las demandas y 5) aceptando la posibilidad de que aparezcan otros fallos en sus modelos.
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Este es el resumen del artículo "Saliendo del foso" publicado en Febrero 13, 2010 en la revista The Economist.
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