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El E-mail le está volviendo estúpido | 
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| Las constantes interrupciones de correos electrónicos hacen que su personal sea menos productivo y creativo. Las continuas alertas, los mensajes instantáneos, los avisos del BlackBerry y los teléfonos móviles restan atención y concentración de su personal de trabajo. Según estudios realizados, cualquier persona que trabaje en un escritorio pierde alrededor de 2,1 horas diarias de productividad, debido a diversas interrupciones y distracciones. Ese tiempo perdido vale dinero.
Algunas empresas de equipos PC estiman que la sobrecarga de e-mails puede llegar a costarle a grandes compañías alrededor de us$1 mil millones anuales por la disminución de la productividad de los empleados. Las interrupciones no sólo desconcentran a los trabajadores, sino además perjudican la capacidad de atención, aumentan el estrés y disminuyen la satisfacción y la creatividad en el trabajo. La epidemia de la interrupción está llegando a un punto crítico en algunas empresas y no muestra indicios de desaceleración.
Las interrupciones erosionan una zona cerebral llamada control coactivo que regula la capacidad de atención. Mientras las personas más verifiquen sus mensajes, cada vez más sentirán la necesidad de revisarlos, pues la tecnología causa adicción. Existe la creencia de que la verificación compulsiva de mensajes es el comportamiento de un trabajador muy productivo. Pero no es así. Es sólo el signo de un empleado distraído que cree que puede hacer varias tareas al mismo tiempo.
Las personas pueden masticar chicle y caminar al mismo tiempo, pero no pueden hacer simultáneamente dos o más tareas que involucren el pensamiento. Además, según algunas investigaciones, un trabajador necesita alrededor de 15 minutos para volver a concentrarse, luego de una interrupción. Ciertos expertos aseguran que el trabajo de calidad es incompatible con las múltiples tareas, las cuales producen, en general, errores y desgaste, por lo que cada vez se hace más necesario gestionar las interrupciones.
Los expertos proponen reglas de gran utilidad. Apague todos los avisos visuales y sonoros que anuncian nuevos mensajes. Revise su bandeja de entrada de 2 a 4 veces al día. No permita que el e-mail sea la vía de comunicación por defecto; la comunicación por teléfono o en persona ahorra tiempo y crea relaciones. Responda inmediatamente sólo a asuntos urgentes. Limite el uso de la opción responder a todos. Cuando aplique, coloque “no responder si no es necesario” en el asunto. Resista ante el impulso de responder a todo.
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Este es el resumen del artículo "El E-mail le está volviendo estúpido" publicado en Marzo 2010 en la revista Entrepreneur.
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