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El diluvio de datos |
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| Por donde se vea, la cantidad de información está aumentando en todo el mundo. De acuerdo con ciertos estimados, la humanidad creó 150 exabytes (un mil millones de gigabytes) de información en el 2005. Este año creará 1.200 exabytes. Conservar y almacenar esta cantidad de información es realmente difícil. Pero, analizarla para encontrar patrones y extraer información útil, es más difícil aún. Sin embargo, esta inundación de información está empezando a transformar todas las esferas: los negocios, el gobierno, las ciencias y la vida cotidiana. Nos brindará muchos beneficios siempre y cuando los consumidores, las compañías y los gobiernos tomen las decisiones adecuadas con respecto a cuándo restringir el flujo de información y cuándo promoverlo.
Algunas industrias ya están haciendo todo lo posible por recolectar y aprovechar la información. Por ejemplo, las compañías de tarjetas de crédito monitorean cada compra para buscar patrones y así poder determinar qué transacciones son fraudulentas. Por su parte, las firmas de seguros son ahora capaces de desenmascarar casos fraudulentos. De hecho, estos casos suceden por lo general los lunes, pues quienes fingen un accidente suelen buscar sus falsos testigos durante el fin de semana. Asimismo, las operadoras de telefonía celular analizan el patrón de llamadas de cada subscriptor con el fin de, por ejemplo, establecer si quienes reciben dichas llamadas están o no en la misma red y así crear promociones personalizadas.
Pero esta inundación de información también tiene sus riesgos. Hay muchos ejemplos de bases de datos que han sido robadas: un disco repleto datos del seguro social que se pierde, portátiles llenas de historiales que se pierden en un taxi, etc. El resultado de todo esto son problemas de seguridad, robo de identidad y fraude.
La mejor manera de lidiar con los problemas de esta inundación de información es, paradójicamente, que la información esté aún más disponible, es decir, que haya una mayor transparencia.
Primero, los usuarios deberían contar con más poder para controlar a quién le llega la información que dan. En este sentido, Google les permite a sus usuarios, por ejemplo, saber qué información tiene de los mismos, y les permite borrarla de sus historiales de búsqueda.
Segundo, se les debería exigir a las organizaciones que publicaran los detalles de cualquier filtración de información. Esto ya está sucediendo es ciertas partes del mundo con el fin de que los responsables se tomen más en serio la seguridad de la información. Tercero, las organizaciones se deberían someter anualmente a una auditoria de seguridad, y se debería publicar la calificación obtenida por cada organización. Esto obligaría a las organizaciones a mejorar sus sistemas de seguridad. Todo esto redundará en ganancias económicas, pues las organizaciones que gerencien mejor la información se verán favorecidas por los consumidores.
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Este es el resumen del artículo "El diluvio de datos" publicado en Febrero 27, 2010 en la revista The Economist.
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