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La compensación ejecutiva en Estados Unidos |
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| Está de vuelta el problema de los pagos a ejecutivos. Pero este año de crisis económica le está añadiendo más emociones a un problema ya usual. Por ejemplo, los sindicatos están furiosos con los US$ 21 millones que recibió Sam Palmisano, presidente de la IBM, en el 2009, sobre todo porque Palmisano fue responsable por el despido masivo de 10 mil trabajadores en los EUA. Pero algunas juntas y presidentes le han hecho caso a las quejas públicas. Por ejemplo, Jeff Immelt, presidente de General Electric, ha rechazado su bono durante dos años consecutivos. Su salario básico no ha aumentado desde 2005, si bien obtuvo en total durante el 2009 unos US$ 10 millones; es decir, 6,5% más que en 2008. Por su parte, Howard Schultz, presidente de Starbucks, también rechazó el bono y se redujo el sueldo de US$ 1 millón a casi nada. Pero la junta directiva los premió con unos US$ 12 millones.
Ahora hay unos nuevos “bonos por lástima” que reciben los presidentes que no califican para recibir los bonos normales. Mark Hurd, presidente de HP, recibió US$ 1 millón extra, a parte de los US$ 15 millones que recibió gracias al sistema de incentivos de la compañía, porque la junta directiva consideró que no había “recibido lo suficiente” por su desempeño ante rivales como Dell. La junta de BP, la firma petrolera, también recompensó con un bono especial a Tony Hayward, presidente, a pesar de que su desempeño no le valía mayor remuneración según el esquema de bonificaciones vigente.
Sin embargo, hay esperanzas de que estos excesivos salarios disminuyan este año, gracias a las nuevas normas que hace un mes promulgó la SEC. Las firmas tienen ahora que revelar el monto que les pagan a los consultores encargados de analizar la remuneración de los ejecutivos. En los últimos años, la mayoría de las grandes firmas de EUA han contratado especialistas que se dedican a establecer los montos que recibirán no sólo los gerentes sino otros empleados. Todo esto ha levantado la sospecha de que los consultores tienden a recomendar montos muy jugosos a cambio de favores. Las nuevas reglas impuestas por la SEC buscan evitar este conflicto de interés.
¿Lograrán estas nuevas normas reducir los excesivos bonos de los ejecutivos? Lo más seguro es que no. “Las nuevas normas son una receta para aumentar la paga”, señala Kevin Murphy, economista de la Universidad de California del Sur. Cuando estudió la relación entre consultores y compensación ejecutiva, descubrió que la paga tiende a ser mayor cuando la firma contrata más consultores. También tiende a ser más alta cuando la junta contrata sus propios consultores. Lo más seguro es que ambas tendencias se profundicen con estas nuevas normas. Bajo este resultado contraintuitivo está el “presupuesto errado de que las juntas quieren limitar los pagos”, señala Murphy. En realidad, los consultores “tranquilizan” a los directores generosos. Las juntas consideran que la persona que escogieron para dirigir la compañía es más capaz que el común de los ejecutivos. Así que sugerir lo contrario, es decir, reducir los pagos y bonos, pondría en cuestión la capacidad de la junta.
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Este es el resumen del artículo "La compensación ejecutiva en Estados Unidos" publicado en Marzo 13, 2010 en la revista The Economist.
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