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El nuevo gobierno de Chile: corriendo a reconstruir el país | 
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| El presidente chileno electo Sebastián Piñera se enfrenta, desde sus primeros días al mando del gobierno, no sólo al gran desafío que representa competir contra la intachable administración de Michelle Bachelet y su alto porcentaje de aceptación popular (80%), sino también a la ardua tarea de tomar las riendas de un país parcialmente en ruinas, como resultado del terremoto que azotó, con fuerza, el territorio, principalmente la zona centro-sur de Chile: Maule, Bío-Bío y O’Higgins.
Este es el momento preciso para que Piñera— el primer líder de centro-derecha en ser elegido presidente en 50 años— y su gabinete —tecnócratas empresariales provenientes de universidades prestigiosas— dejen el mundo de los negocios a un lado y muestren sus verdaderas habilidades políticas a los chilenos.
De hecho, ya hay buenos indicios de la pronta capacidad de respuesta de Piñera, quien tras juramentarse como presidente de Chile se dispuso a evaluar los daños del país viajando en un helicóptero, razón por la cual canceló un almuerzo pautado con siete presidentes latinoamericanos. A su vez, creó un comité de emergencia y convocó reuniones nocturnas con los miembros de su gabinete para hacer frente al desastre.
Sin embargo, el panorama se presenta algo complicado para el presidente electo, pues deberá lidiar con 1) daños en infraestructuras, hospitales, escuelas, negocios y casas valorados en us$ 30 mil millones (aprox. un 20% del PIB chileno), 2) un alto índice de víctimas mortales, 3) unas 150.000 familias damnificadas sin hogar y 4) unas 250.000 personas sin acceso al sistema sanitario primario.
Pese a estas complicaciones, se han ido restableciendo los servicios de electricidad y agua, rehabilitando la viabilidad en las carreteras y la operatividad en el aeropuerto de Santiago. No obstante, la prioridad en la que ahora se centra el gobierno es en planificar la construcción de viviendas para los damnificados, ya que se acerca la estación de otoño.
Lo cierto es que Chile cuenta, hoy en día, con más recursos para reconstruir el país en comparación con la situación económica que tenían cuando les azotó el último terremoto en 1985, con una magnitud similar. Es más, Piñera puede dar un respiro de alivio porque 1) gran parte de los inmuebles en Chile están asegurados en el extranjero; de allí que las empresas aseguradoras correrán con un 25% de los daños, 2) tiene a su disposición un fondo de reserva para contingencias de us$ 11 mil millones, nutrido por su prudente predecesora, 3) la economía chilena goza de buena salud con una escasa deuda y una alta solvencia crediticia y 4) recibe unos substanciosos ingresos por exportaciones de cobre.
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Este es el resumen del artículo "El nuevo gobierno de Chile: corriendo a reconstruir el país" publicado en Marzo 20, 2010 en la revista The Economist.
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