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Crisis de la Eurozona: únanse | 
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| El presidente del BCE, Jean Claude Trichet, asegura que la crisis de la Eurozona sólo puede ser superada mediante la unión de los países europeos, pero no quiere devaluar la moneda única para mantener a salvo a los miembros más inestables de la zona. Y aunque la espiral de la crisis financiera haya estado fuera de control, se negó a apoyar a los gobiernos débiles de Grecia, España y Portugal comprando sus deudas, justo luego de que los bonos del gobierno griego empezaron a extenderse al portugués, español e italiano.
Esto ocasionó que los temores aumentaran rápidamente, por lo que Trichet tuvo que dar marcha atrás y anunciar que, después de todo, el BCE comenzaría a comprar bonos soberanos para garantizar la liquidez y, además, habría préstamos de 750 millones de euros procedentes de los países de la UE. Estas decisiones le dieron al euro un respiro. Pero los escépticos ya están cuestionando si estas medidas son suficientes. La impensable disolución parcial de la Eurozona ahora se debate abiertamente.
El euro ha perdido 18% de su valor desde noviembre. Pero Trichet considera que Europa debe integrarse con más fuerza que nunca para que el euro mantenga su solidez y el bloque permanezca intacto. Asimismo, Trichet quiere tener la seguridad de que las naciones deudoras cumplan todas las medidas de austeridad prometidas o se sometan a las sanciones por incumplimiento. Pero es incierto si Europa se unirá al camino que propone Trichet. Los alemanes ya están molestos con los griegos por hacer que el euro pierda valor.
Sin embargo, los líderes europeos han aclarado que no permitirán la fractura de la zona, pues consideran que vale la pena preservar el euro, porque ha fomentado el comercio y la inversión entre las 16 naciones miembros, así como la estabilidad financiera y geopolítica de la UE. Si Europa falla, el euro y su economía se hundirán, las empresas de todo el mundo que le venden a Europa sufrirán y se producirá un efecto desencadenante de mucho peligro para los bancos no europeos y los inversores expuestos a la deuda europea.
Los líderes corporativos de Europa han expresado su confianza en la moneda única, a pesar de su declive. El futuro del euro depende de la voluntad de los griegos, portugueses, españoles e irlandeses de soportar el dolor que ahora sufren a cambio de los beneficios de la moneda común. Los gobiernos de estos países en crisis prometieron seguir adelante con los recortes presupuestarios y aumentos de impuestos. El gran reto es demostrar que las 16 naciones merecen seguir siendo miembros de la UE.
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Este es el resumen del artículo "Crisis de la Eurozona: únanse" publicado en Mayo 24, 2010 en la revista Business Week.
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