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Comercio México EUA: signos de vida |
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| Las noticias acerca de las relaciones entre México y EUA han sido en su mayoría deprimentes recientemente. Todos los días hay reportes de nuevos asesinatos en México y nuevos estallidos en cuanto a la seguridad fronteriza. Pero en un aspecto, al menos, las cosas están mejorando. Según la Oficina de Estadísticas del Transporte, el comercio por transporte terrestre entre ambas naciones se colocó en US$27,8 mil millones en marzo de este año –una subida de casi US$8 mil millones desde marzo de 2009 y casi tan alto como jamás lo estuvo.
Mucho de este crecimiento es debido a una incrementada producción industrial en EUA, de automóviles en particular. A pesar de la recesión, muchos fabricantes escogieron reducir su producción y la industria maquiladora mexicana, en gran parte dedicada a elaborar partes de automóviles, se tambaleó como consecuencia. Mientras que regresaba la confianza, los pedidos se reanudaban. Sin ese surgimiento, el crecimiento del PIB de EUA en muchos de los trimestres fiscales pasados hubiera sido mucho menor.
Es un signo de vida para ambas partes. Es verdad, los efectos del Tratado de Comercio Libre de América del Norte (NAFTA) han sido difíciles en ser evaluados. Pero no existen dudas de que éste ha ayudado al crecimiento en el sur del estado de Texas y San Antonio, una de las ciudades donde fuera firmado el NAFTA. Un estudio realizado en 2009 por parte del Instituto de Investigación SABER, establecido en la Universidad de Saint Mary en San Antonio, descubrió que los flujos de comercio al sur de Texas se incrementaron en casi un 160% entre 1994 y 2007 por consecuencia del NAFTA.
Las tensiones persisten. Una de ellas tiene que ver con los camiones. Cuando NAFTA entró en vigencia en 1995, EUA y México acordaron una clausula para permitir el libre tránsito de camiones pesados que atraviesan la frontera. El sistema actual, con la mercancía descargada en un lado de la frontera y vuelta a cargar en diferentes camiones en otro, es ineficiente. Pero EUA falló en su compromiso rápidamente. Los sindicatos se opusieron a la clausula por ser una amenaza para los obreros estadounidenses y los ambientalistas se preocupaban de que los camiones mexicanos no cumplieran con los estándares de EUA.
En 2007, George Bush anunciaba un programa piloto que les permitía a camiones de hasta 100 compañías de transporte terrestre rodar por toda EUA y viceversa. El año pasado, Barack Obama dijo que cancelaría el programa. Un México frustrado entonces anunciaba aranceles sobre una lista idiosincrática de 89 productos estadounidenses: 20% en árboles de navidad, 45% en uvas y así sucesivamente. Estos totalizaban más de US$2 mil millones en importaciones.
El transporte con camiones permanece contencioso. El Sr. Obama le ha dicho al presidente mexicano, Felipe Calderón, que se encargará de ello. Pero la administración desea ver más tráfico por tren y mar y fuera de las carreteras. Y cuando los presidentes se reúnen, ellos tienden a ocuparse más de asuntos de presión en cuanto a seguridad fronteriza originada por la guerra del narcotráfico en México. Ahora al menos ellos tienen un asunto más alegre sobre qué discutir.
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Este es el resumen del artículo "Comercio México EUA: signos de vida" publicado en Junio 26, 2010 en la revista The Economist.
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