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No, el management no es una profesión |
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| Si la gerencia fuera una profesión, las escuelas de gerencia serían escuelas profesionales. Esta es una idea que ha causado gran controversia durante esta crisis económica, pues se considera que las escuelas de negocio no han sido capaces de formar líderes socialmente responsables. Según Joel Podolny, ex decano de la Escuela de Negocios de Yale: “Un oficio se gana el título de profesión sólo cuando infunde en la persona ciertos ideales tales como ser imparcial, hacer el bien o actuar en favor de la mayoría. De igual modo, una escuela se profesionaliza sólo cuando infunde dichos ideales en sus alumnos”. Es más o menos lo mismo que argumentan Rakesh Khurana y Nitin Nohria, profesores de la Escuela de Negocios de Harvard: “Ha llegado la hora de que la gerencia se convierta en una verdadera profesión”. El gran problema es si la gerencia puede realmente convertirse en una profesión.
Las profesiones están formadas por personas a las que les pedimos ayuda porque poseen un tipo de conocimiento que nosotros no poseemos. Esta permanente asimetría del conocimiento es característica de las profesiones. Así pues, los consumidores no tienen más opción que confiar en los profesionales. Para que los gremios profesionales funcionen, precisan de un cuerpo de conocimientos bien definido. Además, las profesiones deben estar bien delimitadas. Por otra parte, debe haber cierto consenso entre los profesionales de cada campo en cuanto al contenido de dicho cuerpo de conocimientos. Por ejemplo, si los médicos no están de acuerdo en cuanto al funcionamiento del cuerpo humano, es imposible que cuenten con un cuerpo de conocimientos bien delimitados. Los gremios profesionales tienen una tarea muy importante en la sociedad: controlar el desempeño profesional por medio de evaluaciones y certificaciones. Asimismo, pueden excluir de la profesión a cualquiera que no cumpla con los estándares profesionales y éticos mínimos.
Pero en el caso de la gerencia, no hay consenso en cuanto a los límites de la disciplina ni en cuanto al cuerpo de conocimiento existente. No hay un gremio encargado de controlar a los profesionales, no hay certificaciones obligatorias no hay estándares éticos ni mecanismos para sancionar cualquier mala praxis. En pocas palabras, la gerencia no es una profesión. El gerente depende constantemente de otros profesionales. El abogado se ocupa de los contratos. El contador se ocupa de las finanzas. El ingeniero se ocupa de los gastos por proyecto. En cambio, el gerente es responsable de reunir a todos estos profesionales. El abogado siempre se ocupa de cuestiones legales mientras que el quehacer del gerente puede cambiar de improviso cada día. En términos generales, el profesional es un experto. En cambio, el gerente hace de todo y es maestro de nada. Es, por tanto, la antítesis del profesional.
Todo esto encaja, por supuesto, con el hecho de que no existe un gremio profesional de gerentes. Aunque nadie está esperando que una persona sin calificación alguna ejecute con éxito una cirugía cerebral, es muy común que los negocios sean administrados por personas que no tienen un MBA. Es impensable que la sociedad permita que una persona sin formación médica lleve a cabo un cirugía; pero nadie sugiere seriamente que se exija un MBA a los gerentes. La diferencia entre un MBA y una formación profesional es que el primero mejora el desempeño del individuo mientras que la segunda certifica la capacidad del individuo.
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Este es el resumen del artículo "No, el management no es una profesión" publicado en Julio - Agosto 2010 en la revista Harvard Business Review.
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