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DondeWare | 
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| La última innovación de la tecnología inalámbrica, la computación basada en la ubicación, ofrece una gama de nuevos servicios a los consumidores y hasta una posibilidad para salvar vidas. La idea es hacer teléfonos celulares, asistentes digitales e incluso accesorios de moda capaces de seguir la pista de sus dueños o portadores en todo momento y en cualquier ubicación.
Ya la empresa japonesa KDDI ofrece cerca de 100 de estos servicios (que incluyen brazaletes que le permiten a los padres seguir a sus hijos en el parque). En Korea dos millones de personas usan sus celulares para localizar amigos y encontrar el café más conveniente para reunirse. En Estados Unidos AT&T Wireless ofrece el servicio localizador de amigos pero sólo a algunos cientos de usuarios. Esta cifra se remontará a 42 millones de usuarios para el 2005 y para entonces, bomberos y otros cuerpos de emergencia podrán usar los dispositivos para encontrar las víctimas de algún suceso.
Pero antes de que todo esto suceda, deben ser allanados algunos obstáculos tecnológicos en el camino como la exactitud que se necesita para estos avanzados servicios, particularmente en interiores donde pueden distorsionarse las señales. Se debe establecer un estándar para las comunicaciones inalámbricas. Y se deben atender problemas conexos como la privacidad de las personas que serán localizadas con los nuevos dispositivos. Sobre este aspecto ya en Estados Unidos se dispuso que los cuerpos de emergencia deben ser capaces de localizar automáticamente a las víctimas con una llamada al 911 con una certeza de 50 a 100 metros para el 2005 (mandato de la Federal Communications Commission). En cuanto al alcance en ambientes abiertos, ya existe la tecnología GPS que ha sido adoptada por algunos proveedores coreanos y japoneses, pero que también cuenta con algunos impedimentos tecnológicos como la necesidad del consumidor de adquirir dispositivos especiales para el funcionamiento con tal estándar y su poca capacidad de acción al toparse con techos, paredes y otros obstáculos.
Si se trata de rastrear a una persona en una ubicación cerrada como un edificio, podría también pensarse en la popular red inalámbrica conocida como 802.11, o Wi-Fi. Ya muchos proveedores han comenzado a instalarla en hoteles, cafés y otros locales comerciales. El radio de alcance es de 90 metros y es también susceptible a que su señal sea interrumpida y captada por receptores cuyas intenciones no sean las mejores. No es difícil imaginarse otras aplicaciones que puedan contar con mayor precisión, seguridad y confiabilidad, como la banda ultra ancha que podría ser incorporada a los teléfonos celulares y dispositivos de mano (PDAs). Otro de los problemas que debe ser resuelto en este tema es el software estándar que permitirá a los usuarios disponer de los servicios basados en la ubicación, básicamente las dos tecnologías celulares conocidas como CDMA y TDMA).
Una vez que se resuelvan todas las incertidumbres despegará el mercado en los Estados Unidos. Las ofertas incluirán diversos servicios que todavía están en diseño. En esencia, se brindarán opciones que en general mejorarán la vida diaria y ahorrarán tiempo. Pero por encima de todo debe tenerse en cuenta el problema de la privacidad. Tarde o temprano los consumidores solicitarán no ser localizados por lo que las tecnológicas deberán incluir esta opción en sus dispositivos.
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Este es el resumen del artículo "DondeWare" publicado en Septiembre 2003 en la revista Technology Review.
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