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El principio de incertidumbre: Si no estoy seguro, no compro |
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| Nicholas Bloom, profesor asociado de Economía en la Universidad de Stanford y anterior asesor del Tesoro británico, ha examinado 17 eventos importantes (desde la crisis de los misiles de Cuba, al Martes Negro en 1987, hasta el 11 de septiembre y la caída de Lehman Brothers) y seguido su impacto en los gastos de las compañías en los meses siguientes. Reconoce que la respuesta óptima a la incertidumbre, en lo que se refiere a las firmas, es no hacer nada, pero si nadie hace nada la economía va en picada y esto ha hecho que sea optimista respecto a la economía global, hasta el punto de tener todo su dinero en el mercado de acciones. Explica que mientras una elevada inseguridad puede deprimir el crecimiento, a medida que las compañías dejan de invertir y de contratar, el efecto es solo temporal. La producción y los empleos se recuperan a medida que la incertidumbre y la ansiedad decrecen y esto puede llevar a un boom de las inversiones de los negocios.
La cuestión es cuándo la incertidumbre se va a despejar y el boom comenzará. No todos son tan optimistas como Bloom. Hay quien ve difícil mantener un mercado alcista, por la falta de confianza en que los políticos puedan lograr lo correcto: los bancos no están seguros de cuánto capital extra les exigirán los reguladores que ahorren, las compañías productoras de energía esperan que el gobierno limite las emisiones de carbón, y los departamentos de recursos humanos aún calculan los costos de la reforma de salud aprobada en marzo por el Congreso. Tampoco se sabe si extenderá los recortes de impuestos hechos por Bush sobre los ingresos personales, las ganancias sobre el capital y los dividendos, que expiran en enero. Las elecciones intermedias pudieran afectar todo esto, pero nadie sabe qué éxito tendrán los republicanos.
Fuera de los EUA, muchas compañías esperan a ver cómo se resolverá la crisis de la deuda soberana de Europa. Nadie sabe si el mercado de bienes raíces de China va a una reducción o si algún nuevo gobierno podrá reducir el enorme déficit presupuestario de Japón. Las perspectivas económicas permanecen inusualmente inciertas y mientras, las compañías evitan los riesgos, manteniendo altas sus reservas de efectivo y absteniéndose de hacer nuevas contrataciones. Y no van a lograr claridad total en un tiempo inmediato. Tardarán meses en comprender las ramificaciones del proyecto de ley de regulación financiera pasado por el Congreso. Las decisiones sobre cuáles programas desechar no serán esclarecidas hasta octubre, aunque algunas cuestiones importantes podrían ser resueltas más rápidamente.
Bloom se ha enfocado en la crisis de la deuda soberana de Europa. Los reguladores de la región han llevado a cabo pruebas de estrés en los bancos para ver cómo las instituciones se comportarían si se intensificaran los problemas de deudas en la eurozona. Si los resultados convencieran a los inversionistas de que los bancos pueden manejar más situaciones, esto ayudaría a eliminar una enorme amenaza sobre el crecimiento. Cualquier buena noticia será bienvenida. En conclusión: La incertidumbre que enfrentan las compañías es una reminiscencia de los 70. Cuando la situación se aclare, las compañías empezarán a invertir.
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Este es el resumen del artículo "El principio de incertidumbre: Si no estoy seguro, no compro" publicado en Julio 26, 2010 en la revista Business Week.
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