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Comuna-ismo | 
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| Aunque Hugo Chávez acusó al arzobispo de Caracas, Jorge Urosa, de “instigar miedo en el pueblo” y lo llamó “troglodita”, por decir que se estaba instalando un régimen “marxista-comunista” en Venezuela, es evidente que busca introducir una nueva forma de comunismo. En junio, sus aliados mayoritarios en el Parlamento aprobaron un proyecto de ley creando las comunas, especie de entidades socialistas locales, con funciones legislativas, judiciales y ejecutivas, que servirían de base a la sociedad socialista. Deberían ser en parte autosuficientes, gracias al modelo productivo socialista (definido en otro proyecto de ley) que reemplazará la economía capitalista. Pero en la práctica, el Estado proveerá la mayoría de sus recursos, determinará que comuna se podrá registrar e impondrá leyes y decretos de “desarrollo”.
Según el Parlamento, el proyecto de ley desarrollará la participación popular de la forma más democrática posible, pero para la oposición es un esquema para aumentar el poder de Chávez. Las comunas “regularán la vida social y comunitaria y garantizarán el orden público, la armonía social y la primacía de los intereses colectivos sobre los individuales”. Sus juzgados tendrán jurisdicción sobre todos los residentes, sean o no socialistas, y los estados y municipalidades estarán forzados a transferirles parte de sus ingresos. Como se pueden expandir fuera de los límites municipales, podrán mover fondos públicos desde distritos dirigidos por la oposición a los de gobiernos amigos.
El proyecto va en contra, tanto de la Constitución, como de la opinión pública. Chávez trató primero de establecer comunas en 2007 a través de su fallido paquete de reforma constitucional, de donde parecen haber sido extraídos muchos de los principales artículos de esta ley. El vicepresidente del parlamento insiste en que hoy la reforma pasaría, pero de acuerdo con una encuesta de junio, solo el 31% de los venezolanos apoyan el “socialismo del siglo 21” de Chávez, mientras que el 80% prefiere la propiedad privada a la comunal.
El proyecto aún requiere una segunda lectura para convertirse en ley, pero aunque se eligiera en septiembre un congreso más pluralista, los nuevos miembros no tomarían posesión hasta enero, permitiendo a la asamblea seguir pasando leyes impopulares sin repercusión electoral. Además, el gobierno ha dicho que al menos 200 comunas están ya en formación. Un referéndum local, en el que tan solo un 15% del electorado vota, los devolvería a la realidad. Frente al riesgo de la impopularidad, Chávez no pierde tiempo en establecer medios nuevos para mantener su autoridad.
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Este es el resumen del artículo "Comuna-ismo" publicado en Julio 17, 2010 en la revista The Economist.
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