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La siesta, aprobada en el lugar de trabajo |
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| De Thomas Edison y Winston Churchill a Bill Clinton y George Constanza, la siesta ha tenido muchos aficionados famosos. Y por buenas razones. Desde que el científico David Dinges fundara la ciencia moderna del sueño a principios de los años ochenta en la Universidad de Pensilvania, los estudios han demostrado una y otra vez que dormir durante períodos cortos nos vuelve más lúcidos, mejora nuestra memoria, nuestras destrezas motoras, nuestra capacidad de tomar decisiones y nuestro ánimo, mientras que disminuye el estrés, la falta de atención e, incluso, el riesgo de enfermedades cardíacas.
Y, dado que los estadounidenses duermen en promedio menos de siete horas en la noche (un total de 20% sufre además de somnolencia durante el día), algunas compañías están promocionando las siestas con el fin de ahorrarse los miles de millones de dólares que se pierden a causa de la baja productividad. Así que, a propósito de la nueva tendencia de ofrecer privilegios tales como salas de lactancia, gimnasios y servicios de guardería, los trabajadores de la Nike tienen ahora acceso a “cuartos silenciosos” donde pueden dormir la siesta o meditar. Por su parte, Google, uno de los adalides de los privilegios laborales, cuenta entre sus instalaciones con camas tipo cápsulas en las que los empleados pueden dormir la siesta.
De hecho, ya hay compañías que se dedican a ofrecer espacios para dormir la siesta. Yelo, un gimnasio para dormir la siesta ubicado en Manhattan, ofrece terapias en salones tipo cápsula donde los clientes pueden dormir la siesta y disfrutar de aromaterapia, sonidos y luces relajantes. Una siesta de 20 minutos cuesta US$ 15. “Durante los últimos años ha habido un gran interés en el ejercicio y en la nutrición, pero poco se ha hablado de la siesta, que es uno de los componentes más importantes de la productividad”, señala Christopher Lindholst, cofundador de MetroNaps, compañía que vende una silla para dormir la siesta llamada EnergyPod.
Aunque la siesta esté de moda, no siempre es fácil dormir en la oficina. A continuación, algunas sugerencias:
1. Contar con tiempo y espacio: todo lo que necesitamos para mejorar nuestra productividad son de 20 a 30 minutos de sueño. El mejor momento es a principio de la tarde cuando nuestro cuerpo está cansado. Así que lo mejor es reservar la segunda mitad de nuestra hora del almuerzo. Si no hay donde dormir la siesta en la oficina, basta con echarse sobre un tapete de yoga o en el automóvil.
2. Establecer las condiciones adecuadas: nuestro cerebro produce más melatonina, la hormona que nos hace dormir, en la oscuridad. Por tanto, lo mejor es apagar la luz y usar un antifaz. La temperatura debe estar más bien cálida. Si no nos queda más remedio que dormir la siesta sentados, lo mejor es usar una almohada. Finalmente, apaguemos el teléfono móvil.
3. Cuidado con los químicos: evitemos la cafeína unas horas antes de dormir la siesta. Lo mismo debemos decir de la nicotina, las píldoras para la dieta y los antidepresivos. Si bien el alcohol nos ayuda a dormirnos más rápido, en realidad no nos permite dormir profundamente.
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Este es el resumen del artículo "La siesta, aprobada en el lugar de trabajo" publicado en Agosto 30, 2010 en la revista Business Week.
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