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La maldición del jefe foráneo | 
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| Olli-Pekka Kallasvuo, CEO de Nokia, es conocido dentro de la compañía como OPK. Pero en el mundo tecnológico es mejor conocido como el “condenado a muerte”. La prensa especializada habla constantemente de su inminente despido. Y, pobre de OPK, pero estos rumores han elevado el precio de las acciones de la compañía. Kallasvuo asumió la presidencia del mayor fabricante de teléfonos del mundo (también es la mayor compañía de Finlandia) hacia el verano de 2006. Seis meses después, Steve Jobs presentó el iPhone y el mundo se le ha ido desmoronando a OPK. Las acciones de Nokia cayeron en casi dos tercios. Los márgenes de ganancia pasaron de 15% a 7%. Y la firma no ha logrado su cometido de conquistar los EUA, donde no ha parado de trastabillar.
El problema más obvio de Nokia es que ha sido desplazada del mercado de teléfonos inteligentes. Estos últimos no sólo son lucrativos por sí mismos, sino que, además, son la puerta de entrada de un jugoso mercado de servicios y aplicaciones. El iPhone de Apple y el Android de Google están de moda. El BlackBerry es sinónimo de negocios. ¿Qué podemos decir de Nokia? Según Kallasvuo, el N8, que saldrá próximamente al mercado, marcará el comienzo de una nueva era. Pero todo indica que este teléfono no es más que una copia de lo que ya existe.
Esta tardanza es un síntoma de dos problemas muy profundos. El primero es de orden tecnológico: Nokia ha apostado a dos sistemas operativos, Symbian y MeeGo, pero ninguno de los dos ha despertado mayor revuelo. El segundo problema es de orden cultural: el centro de gravedad de la industria de teléfonos móviles pasó de Escandinavia (que dominó el área a finales de los años ochenta) a Asia y Silicon Valley. Algunas innovaciones, tales como la pantalla que se pulsa, fueron creadas en California, no en el norte de Europa. Por tanto, ¿qué puede hacer Nokia? A juzgar por lo que dice la prensa especializada, es preciso reemplazar a OPK de inmediato y, si es posible, con un estadounidense. El nombre de Andy Rubin, presidente de Android en Google, sale ya en varias listas de posibles candidatos. Pero Nokia asegura que estos no son más que rumores.
En todo caso, es posible que estas especulaciones tengan algo de cierto. Kallasvuo es producto de una compañía que se ha vuelto demasiado precavida. Nokia no se puede dar el lujo de escoger otro ejecutivo proveniente de sus mismas filas. Pero tratar de buscar un salvador externo es tal vez aún más riesgoso. Una de las cosas en las que están de acuerdo los teóricos gerenciales es que reclutar gerentes externos es algo que se debe evitar si es posible. Además, es probable que Nokia sea alérgica a un CEO extranjero. Para empezar, la firma está ubicada en un país que está a oscuras la mitad del año. Esto sin duda es una traba para atraer a los mejores profesionales. Y para empeorar las cosas, los finlandeses consideran que Nokia es un tesoro nacional. Cualquier CEO extranjero estará constantemente bajo escrutinio.
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Este es el resumen del artículo "La maldición del jefe foráneo" publicado en Agosto 7, 2010 en la revista The Economist.
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