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Después de Irak |
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| Barack Obama confirmó que toda fuerza de combate estadounidense abandonó Irak. Pero puede estar seguro de una cosa: él no repetirá el triunfalismo de George Bush hace siete años, cuando afirmó que la misión de EUA allá se había cumplido. El Sr. Obama siempre consideró a esta guerra “tonta” y los acontecimientos le han probado ampliamente estar en lo correcto. EUA y sus aliados pueden haber librado al Medio Oriente de un sanguinario dictador, pero el alarde de Saddam Hussein acerca de las armas de destrucción masiva resultó ser una quimera y el precio por las vidas de estadounidenses y especialmente iraquíes ha sido abominable. Es cierto, Irak ya no está en dictadura. Gracias en parte a la negación solitaria del Sr. Bush en 2007 de escuchar los llamados para levar anclas, el baño de sangre por parte de miembros de sectas que siguió a la invasión fue abatido. Pero la democracia de la nueva nación permanece crónicamente insegura, una razón por la cual 50.000 tropas de “apoyo” estadounidense se queden atrás para reforzarla.
Para muchos estadounidenses, la desventura en Irak ha llegado a simbolizar una gran equivocación que EUA cometió luego de que Osama bin Laden la atacara hace 9 años el 11 de septiembre. Casi seis de diez estadounidenses dicen ahora oponerse incluso a la guerra “buena” del Sr. Obama –la que emprendió en contra de al-Qaeda y los talibanes.
El Sr. Obama llanamente posee un sentido más agudo que el que tuvo el Sr. Bush en cuanto a los límites de EUA. El pasado mes de diciembre en West Point, él citaba el ejemplo cauteloso de Eisenhower y le dijo a los cadetes que se rehusaba a establecer objetivos de política exterior que excedieran los métodos de EUA. Él se dio a entender en cuanto a cambiar el tono y lenguaje corporal de EUA, llegándole al mundo musulmán en El Cairo, ofreciéndole “compromiso” a Irán, inclinándose ante Hu Jintao de China y el Rey Abdullah de Arabia Saudita. Los Republicanos lo acusan de pedir disculpas por EUA y de demostrar respeto por sus rivales. Ellos están en lo correcto al decir que sus oberturas han tenido resultados mixtos. Los chinos lo ignoraron en la cumbre climática de Copenhague, los iraníes despreciaron su saludo y mucha de la buena voluntad que él ganara en el mundo musulmán tras su discurso en El Cairo se ha evaporado durante el año posterior al estancamiento en Palestina.
El Sr. Obama ha tenido sus fallas, pero este récord en esfuerzo al menos desmiente la proposición en que él está descuidando los intereses de EUA en el mundo o esquivando sus responsabilidades únicas. En ese sentido, el Sr. Obama es un presidente menos “transformacionista” que su discurso sobre un nuevo mundo bipolar del que usted tendrá que pensar. Él no se apunta al sueño neoconservador en que EUA puede intimidar a cada enemigo y esperar a que todo el mundo adopte sus valores. Él ha trabajado duro para enlistar la ayuda proveniente de instituciones internacionales y otros países. Pero además cree llanamente, y está en lo correcto de hacerlo, en que existen empleos globales en los que únicamente EUA posee la mezcla de ejército y fuerza económica y diplomática para llevarlos a cabo. Como mínimo estos incluyen el liderar la batalla en contra de al-Qaeda, monitorear el conflicto en Asia, evitar una guerra entre Israel y sus vecinos y prevenir que Irán adquiera una bomba y encienda una carrera de armas nucleares por todo el Medio Oriente.
Incluso esa lista abreviada es de gran peso para una nación cansada de la guerra que fue golpeada por la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial. Muchos estadounidenses quisieran el retiro de las tropas de combate en Irak para dar la señal del comienzo del final del embrollo general de EUA en las regiones incultas del mundo. Ellas ven con una envidia entendible a potencias en ascenso como China e India que se han hecho devotas en la década pasada al serio negocio de enriquecerse. El error de Irak ha fortalecido al instinto en contra de aventuras extranjeras. Pero esto no es menos que un error al imaginar que los peligros del terrorismo, la proliferación y la guerra simplemente se desvanecerán si EUA se alejara ahora de todos los lugares malos. Si EUA no asume la tarea de contener tales amenazas, ¿quién lo hará, o podrá? Debido a todas las dificultades en casa, el hecho permanece que el mayor beneficiario de unos EUA más fuertes en el extranjero son los mismos EUA. Lo que sea que le diga su instinto, el Sr. Obama parece entenderlo.
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Este es el resumen del artículo "Después de Irak" publicado en Agosto 28, 2010 en la revista The Economist.
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