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Dos siglos de esperanza y miedo |
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| En los últimos dos siglos, América Latina ha visto estallidos de optimismo exagerado entremezclados con largos periodos de decepción. Ésta fue el “mercado emergente” original mucho antes de que el término fuera inventado. En efecto, al momento de su primera celebración centenaria en 1910, partes de Latinoamérica parecían ya haber emergido. Argentina fue uno de los diez países más ricos del mundo; en México, huéspedes provenientes de todas partes del mundo tomaron parte en majestuosos banquetes organizados por Porfirio Díaz para celebrar más de un cuarto de siglo de estabilidad bajo su dictadura constitucional.
Pero sólo semanas después, la revolución mexicana se desató y ésta iba a durar una década. Argentina, por su parte, comenzó una gran caída desde 1930 en adelante. Los líderes de Brasil de los años 50 y luego de nuevo en los 70 afirmaban que su nación había despegado, sólo para verla absorbida por una crisis económica en ambas oportunidades.
En resumidas cuentas, el registro de los últimos 200 años ha sido desalentador. El ingreso por persona en América Latina alrededor del año 1750 parece haber sido bastante similar a aquel de EUA en el futuro, pero entonces una brecha perdurable se abrió. Para 1820, la cifra había caído a sólo alrededor de la mitad de eso en EUA y para el 2000 había caído a un poco menos de un quinto, según el difunto Angus Maddison, un experto en historia económica. Incluso aun más exasperante, en las últimas cuatro décadas muchos países asiáticos han comenzado a cerrar su brecha de ingresos con EUA.
El causante de la expansión en la brecha con EUA fue un par de períodos desastrosos para Latinoamérica. El primero fue desde 1810 a 1870. La lucha independentista en Hispanoamérica (excluyendo a Brasil) fue mucho más duradera y sanguinaria que en EUA y a los nuevos estados les costó mucho más tiempo conseguir una estabilidad política.
Entre 1870 y 1930 –el primer gran período de globalización– a Latinoamérica le fue razonablemente bien, ligeramente reduciendo la brecha de ingresos con su vecino del norte. Pero luego se quedó atrás nuevamente desde 1970, principalmente debido a malas políticas, justo cuando Asia comenzaba a salir adelante. Latinoamérica tomó la industrialización impulsada por el estado por detrás de las barreras arancelarias a los extremos, financiándola con deuda cuando las subidas del crudo en los 70 desaceleraban la economía mundial. Luego de adoptar reformas económicas liberales, la región ha comenzado a reducir la brecha de ingresos con EUA de nuevo, muy claramente desde 2003.
Las causas de las relativas fallas de desarrollo de América latina están sujetas a un intenso debate ideológico que toma lugar allí. Las explicaciones populares han incluido a una geografía difícil, el legado cultural del corporativismo ibero-católico y, como lo sostiene Hugo Chávez de Venezuela, la explotación de los forasteros y especialmente de EUA. Pero muchos eruditos serios ahora culpan a las desigualdades extremas y persistentes, las cuales fueron de la mano con la inestabilidad política, pobres opciones en políticas, instituciones frágiles y la debilitación del precepto de ley.
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Este es el resumen del artículo "Dos siglos de esperanza y miedo" publicado en Septiembre 11, 2010 en la revista The Economist.
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