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Eureka! ¿Y ahora qué? |
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| Así que usted tiene una idea genial. He aquí lo que le llevará colocar un nuevo producto en el mercado:
- ¿Es esta una nueva idea?: la mayoría de los inventores que lo hacen por primera vez obtienen las ideas directo de sus propias vidas. Gillian Dinnerstein, la creadora de un innovador portamenú, el Dine-a-Light, dice que ella y su difunto esposo “nunca podían ver la carta” al momento de visitar un restaurante. A ella se le ocurrió la idea de un portamenú con un poco de luz que pudiera ser encendida. La luz, ella dice, debía ser eficiente en energía con una batería recargable. Mientras que Dinnerstein miraba los menús de reojo, Celestina Pugliese y su antiguo novio estaban siendo molestados por meseros que les preguntaban si estaban listos para pagar la cuenta. “Él había estado en el negocio de los restaurantes por años, así que le pregunté, ‘¿no existe algo, como una luz que los comensales puedan encender para así alertar al mozo que uno está listo para pagar?’”. Y, ¡Eureka!, Pugliese dio con el concepto de un portacuentas con una marca de verificación que se enciende cuando usted está listo para pagar la cuenta. El siguiente paso para ellas fue el de verificar si sus ideas eran únicas. Y ese es el siguiente paso para cualquiera que espera colocar un producto nuevo al mercado. Primero, verifique en las más de 7 millones de patentes de productos que ya existen. Puede utilizar Google Patent Search por medio de la Internet. Y además haga una búsqueda por palabra clave, para referencias a productos como el suyo. Si durante su búsqueda, usted encuentra que su invento ya existe, deténgase justo ahí. Si usted no encuentra una coincidencia, esto no quiere decir que uno ya existe. Al llegar a este punto, muchos expertos sugieren que pague por una búsqueda profesional de patentes. Los costes oscilan entre US$250 y US$1.000; para las referencias, consulte a su grupo de inventores local o a un abogado de patentes.
- ¿Qué tal si mi idea es… tan sólo una idea?: Dinnerstein contrató a un ingeniero en su nativo Reino Unido para fabricar un modelo, luego habló con empresas de desarrollo de productos en EUA, el Reino Unido, Gran Bretaña y Holanda sobre la fabricación. Los costes por honorarios mensuales y gastos por viajes ascendían a más de US$100.000. Por su parte, Pugliese colocó un aviso en el sitio web freelance guru.com para que un ingeniero diseñara su Ready Check Glo. Su presupuesto fue de sólo US$250 a US$500, pero ella contrató a uno en el estado de Ohio por US$500. Ella además utilizó guru.com para localizar a un abogado de patentes, quien le cobró US$500 para que ella introdujera una solicitud provisional de patente. El contratar a una compañía que se publicita a sí misma en TV puede parecer un camino más fácil, pero no todas ellas son legítimas. El sitio web de la Oficina de Patentes y Marcas Registradas de EUA, uspto.gov, incluye una sección de prevención de fraudes y el sitio web de la Comisión Federal de Comercio, ftc.gov, incluye un listado de quejas publicadas en contra de empresas que no suministran resultados. Para atraer a un ingeniero cualificado, usted debe: a) listar los detalles acerca de su idea sin revelar demasiado; b) preguntar sobre cuántos diseños su ofertante ha realizado en su área de especialización. Pida –y verifique– referencias; c) establezca una agenda antes de firmar un contrato. Y no acepte una oferta basada sólo en el precio.
- ¿Alguien se robará mi idea?: hasta que le sea otorgada una patente oficial a su producto, cualquiera la puede copiar. He aquí algunas ideas para dejarlo a salvo: a) baje de la Internet un acuerdo de confidencialidad y asegúrese de que cada persona que vea su invento lo firme; b) introduzca una solicitud provisional de patentes con la oficina de patentes, ya que ésta le asegurará un lugar al producto y es válida por un año. El abogado de Dinnerstein dice que sus honorarios por introducir una patente provisional comienzan desde los US$750 y las complicadas cuestan miles de dólares; c) revele sólo una pequeña cantidad de información acerca de su invento mientras que contrata a ingenieros de diseño, compañías de marketing y fabricantes.
- ¿Comprará alguien mi invento?: la mejor forma de averiguar si existe un mercado para su producto es conversando con personas en la industria que fabrique o venda productos similares. Algunos de los inventores de productos al consumidor, organizan grupos de enfoque para poner a prueba la demanda. O, como Dinnerstein y Pugliese, simplemente diríjase a una feria comercial en donde se vendan productos similares. Verifique la competencia y los precios ¿Es su invento una mejora? ¿Puede venderlo por un precio competitivo? De ser así, entonces quizá usted haya encontrado un mercado. El próximo paso es exhibirse en ferias comerciales de la industria. El poner sus productos y a usted mismo en una feria comercial, rentar un espacio, imprimir panfletos y otros materiales le pueden costar US$5.000 o más. Para ahorrar, Pugliese recomienda asistir a la feria primero como espectador para ver si es apropiado y para conversar con otros expositores.
-¿Cómo surtiré mi mercado? Dinnerstein y Pugliese pronto aprendieron que la fabricación de la mayoría de los productos pequeños se ha mudado a Asia –y navegar sobre ese terreno es engañoso. Consiga a alguien con oficinas en EUA y Asia que comprenda lo que usted desea, o sus especificaciones se perderán dentro de la traducción, dice Pugliese. El gasto más grande en la fabricación es el mecanizado –lo que significa el producir las máquinas que fabricaran su producto. Dinnerstein invirtió US$120.000 por el mecanizado en Asia, tras haber obtenido cotizaciones de cientos de miles de otras compañías en EUA y el Reino Unido. El coste promedio del mecanizado va desde los US$18.000 hasta los US$50.000. Una opción menos costosa es vender bajo licencia su invento a una compañía en su área de especialización que le financie los gastos por mecanizado y fabricación y compartan las ganancias. Confíe en su abogado de patentes y desarrollador de producto en cuanto a las referencias para un fabricante. Y no firme con una “empresa de desarrollo de inventos” con una campaña publicitaria ingeniosa o con una que pida dinero por adelantado. Ésta hace sus ganancias de los honorarios de los inventores, no de las regalías. Por último, no se rinda tan fácil. Pugliese ha sido una corredora de bolsa, una oradora motivacional y dueña de una pequeña empresa. “Espero que esta”, ella dice,”sea la idea que tenga éxito”.
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Este es el resumen del artículo "Eureka! ¿Y ahora qué?" publicado en Octubre 2010 en la revista Entrepreneur.
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