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Espionaje y corrupción en Colombia | 
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| Durante la campaña presidencial de este año, a Antanas Mockus del Partido Verde le fue sorprendentemente bien al acusar al mandatario actual, Álvaro Uribe de eludir la ley en sus esfuerzos por convertir al país en uno más seguro. El Sr. Mockus fue derrotado por Juan Manuel Santos, el candidato del Sr. Uribe. Pero aunque el Sr. Uribe abandonó el poder hace tres meses, las investigaciones judiciales por espionaje, soborno y escándalos de corrupción han mantenido a la nación enfocada en los hábitos menos agradables de su gobierno altamente popular.
Las acusaciones más explosivas casi alcanzan al mismo Uribe. En 2009, Semana, una revista de noticias, reportaba que el DAS, la agencia local de inteligencia de Colombia, estaba interviniendo las comunicaciones y monitoreando a jueces, periodistas, políticos y activistas de derechos humanos considerados oponentes del Sr. Uribe de forma ilegal y que éste había diseñado campañas difamatorias en contra de ellos. La historia inició investigaciones criminales en las cuales antiguos funcionarios del DAS testificaron que la inteligencia fue destinada a los consejeros principales del presidente. El Sr. Uribe ha dicho que él “nunca ordenó, insinuó o consideró una opción ilegal”. Ahora, no obstante, él tendrá que repetir esa negación bajo juramento: el comité de investigación del Congreso ha comenzado audiencias acerca del tópico a principios de noviembre. El Sr. Uribe solicitó que los procedimientos normales a puerta cerrada se hicieran públicos, pero el comité los ha mantenido sellados.
Muchos de los asistentes más cercanos al Sr. Uribe también han sido arrastrados a la corte. Jorge Noguera, su primer director del DAS, se encuentra en juicio por colaborar con jefes paramilitares y ha sido acusado de tomar parte en el asesinato de tres activistas sindicales. Dos de sus sucesores también se enfrentan a investigaciones. Sabas Pretelt, un antiguo ministro del interior, está siendo acusado de sobornar a un congresista para que éste votara con el fin de permitirle al Sr. Uribe que se postulara para una reelección en 2006.
A pesar de todo esto, la reputación del ex presidente apenas ha sido manchada. Su rating de aprobación un mes antes de abandonar el poder fue de un 80%. Y una reciente encuesta demostró que si se postulaba a alcalde de Bogotá, la capital –un puesto de sumo interés para él– él obtendría un 56% de los votos. Eso podría molestar al Sr. Mockus, quien estuvo en el cargo en dos oportunidades, más que perder las elecciones presidenciales.
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Este es el resumen del artículo "Espionaje y corrupción en Colombia" publicado en Noviembre 6, 2010 en la revista The Economist.
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