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La gran idea: crear valor compartido | 
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| El concepto de “valor compartido” reconoce que los mercados también vienen delimitados por las necesidades de la sociedad. El valor compartido no tiene que ver con valores personales ni con “compartir” el valor ya creado por la compañía, sino con expandir la cantera total de valor económico y social. Los negocios necesitan de comunidades exitosas no solo para crear una demanda de sus productos, sino para que estas les provean recursos públicos y apoyo. Por su parte, las comunidades necesitan de negocios exitosos que generen empleo y riqueza.
Las compañías pueden crear valor económico mediante la creación de valor colectivo. Hay tres formas de lograrlo: reconcibiendo productos y mercados, redefiniendo la productividad en la cadena de valores y construyendo grupos empresariales de apoyo en sus respectivas localidades. Conectar el éxito de las compañías con el mejoramiento de la comunidad abre muchas formas de atender a nuevas necesidades, ganar en eficiencia, diferenciarse y expandir los mercados.
Las ganancias que involucren un propósito social representan una forma más elevada de capitalismo, que pudiera permitir a la sociedad avanzar más rápido y a las compañías crecer aún más. El resultado es un ciclo positivo de prosperidad tanto para la compañía como para la comunidad. Crear valor compartido implica cumplir con la ley y la ética, así como mitigar cualquier daño causado por el negocio. Ha llegado el momento de ver la creación de valor de un modo más amplio. Esta próxima evolución del modelo capitalista reconoce nuevas y mejores formas de desarrollar productos, servir mercados y construir empresas productivas. Si todas las compañías persiguieran individualmente el valor compartido, los intereses globales de la sociedad serían servidos y las compañías ganarían legitimidad a los ojos de las comunidades en las que operan, lo que permitiría que la democracia funcione mejor, mientras los gobiernos establecen políticas que fomenten y apoyen a los negocios.
Crear valor compartido representa un nuevo enfoque gerencial. Así pues, las escuelas de negocios deberían ampliar sus programas en ciertas áreas. Además, habrá que repensar cómo los mercados de capital pudieran apoyar la verdadera creación de valores en las compañías y no solo beneficiar a los participantes del mercado financiero. Por otra parte, las leyes deberían animar a las compañías a generar valor compartido. Se deben establecer metas y estimular la innovación, pero siempre dentro de un marco social, es decir, dejando de lado la creación de riquezas a corto plazo sin más. A medida que el principio del valor compartido sea más aceptado, los negocios y gobiernos comenzarán a coincidir en cuanto a las normas que regulan ciertas áreas.
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Este es el resumen del artículo "La gran idea: crear valor compartido" publicado en Ene-Feb 2011 en la revista Harvard Business Review.
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