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Economías paralelas |
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| Todos los surcoreanos le temen a la posibilidad de que haya una guerra en el paralelo 38, la línea que marca la frontera con los comunistas del norte. Pero pocos ven la posibilidad de una reunificación entre ambas naciones. La indigencia de Corea del Norte es tan temible como su beligerancia. El colapso de su dictadura (poco probable, pero posible) conllevaría diversos peligros; entre otros, una inundación de trabajo barato y la obligación de mantener el pueblo y la infraestructura del norte. El ejemplo de Alemania es poco tranquilizador. Dos décadas antes de la reunificación, Alemania del Este consumió buena parte del presupuesto de Alemania Occidental, aparte de engrosar las cifras de desempleo.
Si las Coreas se reunificaran, el gobierno tendría que escoger entre dos opciones. Por una parte, tratar de equilibrar la calidad de vida entre el norte y el sur por medio de dádivas, inversiones públicas y subsidios. Por la otra, se puede preparar para un gran ola de inmigrantes provenientes del norte en busca de mejores salarios. Alemania prefirió la primera opción. El ostmark de Alemania del Este fue convertido a marcos en una paridad de uno a uno, y luego aumentó un poco por presión de los sindicatos. Esto disipó el temor de que hubiera una ola de trabajadores inmigrantes desde el Este o de que los capitales desaparecieran. Pero también detuvo la inversión en el Este.
A pesar del obstinado compromiso de Corea del Norte con la planificación central, el mercado están creciendo como la vid en las grietas del edificio socialista. Los norcoreanos han vuelto al mercado debido a la desesperación. Durante la hambruna de mediados de los años noventa, por ejemplo, el sistema de distribución pública colapsó, lo que obligó a los hogares a criar ganado, recolectar bellotas y algas marinas, o a sembrar cultivos en la cocina. Fue así que aparecieron los mercados informales. En el 2002, el gobierno despenalizó estas actividades. Pero el régimen se endureció de nuevo en el 2005.
Este sistema subrepticio de trueque e intercambio podría eventualmente sentar las bases de una economía de mercado más dinámica. Pero el colapso de la planificación central de Corea del Norte tiene sus bemoles. Uno de los países comunistas que liberó su economía sin que su producción cayera mucho fue China. China logró esto manteniendo su planificación central hasta que esta no fue más necesaria. Corea del Norte debería seguir el ejemplo de China. El camino hacia la economía de mercados será tortuosa. La hermana comunista de Corea del Sur es más pobre y populosa que Alemania del Este. Pero las Coreas tienen una ventaja sobre Alemania; a decir, pueden aprender de su ejemplo.
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Este es el resumen del artículo "Economías paralelas" publicado en Enero 01, 2011 en la revista The Economist.
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