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Es hora de aplicar el plan B



Revista: The Economist
Tema: Finanzas
Fecha: Enero 15, 2011
El plan de ayuda económica de Europa, diseñado a manera de cortafuegos entre el centro y la periferia de la zona euro para tranquilizar los mercados financieros, está fracasando. Los inversionistas están cada vez más nerviosos y la crisis se están expandiendo. El plan A, que consistía en posponer la reestructuración de los países en crisis ha permitido ganar cierto tiempo. Pero ya no está funcionando. Una reestructuración es ahora más asequible que el año pasado. Y sin duda es más asequible ahora que en cinco años. Por tanto, es el momento de implementar el plan B.

La manera menos dolorosa de lidiar con la crisis es reestructurar la crisis de los países insolventes. Dicho grupo está formado más o menos por Grecia, Portugal e Irlanda. España tiene serios problemas, pero será capaz de mantener su deuda pública a unos niveles tolerables. Italia y Bélgica tienen altos niveles de deuda, pero, por una parte, cuentan con más ahorros privados; y, por la otra, sus presupuestos están cerca del superávit. Hay pues la posibilidad de que el incumplimiento de pagos se limite únicamente a tres de las economías periféricas.

Una reestructuración de la deuda soberana podría asustar a los mercados financieros, pero, si se hace con cuidado, no debería desatarse un caos al estilo de Lehman. Mientras más se retrase dicha reestructuración, más dolorosa será la situación en el núcleo de la zona euro. El rescate de Grecia e Irlanda no ha hecho más que aumentar la deuda de ambos países. Esto quiere decir que las pérdidas derivadas de cualquier reestructuración futura serán aún mayores. Por ejemplo, hacia el 2015, Grecia no podrá reducir su deuda hasta niveles tolerables.

De nuevo, la reestructuración se debe hacer de inmediato y de manera ordenada. La reducción de la deuda debería ser lo suficientemente grande como para que las economías afligidas logren flotar de nuevo por sí mismas. Es posible que Grecia tenga que reducir su deuda a la mitad. Por su parte, Irlanda tendrá que reducirla hasta un tercio. Todos los acreedores, incluidos los gobiernos y el Banco Central Europeo, tendrán que poner de su parte. También se necesitará más dinero para financiar a los países que tengan presupuestos deficitarios. El BCE debería prepararse para poder ayudar a Bélgica, Italia y España.





Este es el resumen del artículo "Es hora de aplicar el plan B" publicado en Enero 15, 2011 en la revista The Economist.

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