|
Apple con y sin Steve Jobs |
|
| El iPod, el iPad y el iPhone hubieran desconcertado al científico social Max Weber, que murió en 1920. Sin embargo, el padre de la sociología moderna sin duda hubiera reconocido al creador de estos dispositivos futuristas. Weber definió al “líder carismático” como una persona cuya influencia surge de una imaginación casi sobrenatural, y que profesa una lealtad casi piadosa por sus seguidores. Weber también dijo que las organizaciones estructuradas alrededor de un líder carismático estaban condenadas a perder su vigor después de que este saliera de escena. Esta predicción se volvió relevante el 17 de enero, cuando Jobs, quizá el director ejecutivo más carismático de la historia, anunció que dejaría temporalmente sus funciones en Apple por razones médicas.
El anuncio disparó una serie de especulaciones sobre la salud de Jobs y una indigestión menor en los accionistas. Pero también puso sobre el tapete una pregunta inevitable sobre la compañía: ¿qué le sucede a una compañía moderna cuando sus innovaciones e inspiraciones están tan estrechamente ligadas a la visión del único líder y la influencia de este comienza a declinar? Lo único cierto es que la Apple del futuro (sea en un año o en una década) será muy diferente del motor de innovación y ganancias que conocen tanto los inversionistas como los clientes. La salud de Jobs ha sido un problema durante tanto tiempo que los inversionistas están acostumbrados. En el 2004, los doctores le diagnosticaron un tipo de cáncer pancreático muy raro. Así que Jobs se retiró de la compañía durante un tiempo con el fin de recibir un transplante de hígado.
Pero los problemas de salud de Jobs no han interrumpido el constante éxito de Apple. Y, gracias a este impulso, Apple podría triunfar durante muchos años más, incluso sin la presencia diaria de Jobs. Pero, en ausencia de Steve Jobs, Apple será una compañía mucho menos interesante. Según señalan diversas biografías y artículos, Jobs siempre quiere tenerlo todo bajo su control, aparte de ser extremadamente detallista. Suele devolver productos a los laboratorios, matarlos antes de nacer, exige nuevas funciones o les practica eutanasia a los productos más viejos, al tiempo que se concentra en unos pocos productos con gran potencial de rendimiento. ¿Quién tomará el timón de este barco cuando Jobs se haya ido?
La mayoría de los analistas han puesto sus esperanzas en Tim Cook, a quien consideran el próximo director general de la Apple. Cook, de cincuenta años de edad, es un genio de las operaciones. Pero algunos observadores consideran que sólo Jobs es capaz de encabezar el fermento de innovación propio de la Apple. Una vez que salga de la compañía, las aguas se calmarán, señala un gerente que no quiso ser identificado. Durante la última ausencia de Jobs, señala esta misma persona, la tensión creativa desapareció y fue reemplazada por un clima de conformismo. La verdad es que muchas personas podrían dirigir la compañía, pero sólo Steve Jobs cuenta con el espíritu visionario (y la tolerancia al riesgo) que convirtió a la Apple en una de las compañías más exitosas de todo el mundo.
|
Este es el resumen del artículo "Apple con y sin Steve Jobs" publicado en Enero 24, 2011 en la revista Business Week.
Vea otros artículos publicados en Business Week u otros artículos sobre Empresas.
deRevistas.com traduce y resume los mejores artículos publicados por las revistas más prestigiosas de Negocios y Gerencia. Cada quincena, le enviamos a nuestros suscriptores un nuevo ejemplar con unos 30 resúmenes.
|