|
Viejo, inseguro y costoso |
|
| Millones de personas vieron por televisión el aterrizaje perfecto del Columbia en 1981. Desde ese día, el trasbordador no ha hecho adecuadamente las cosas para las cuales fue diseñado. Siempre ha sido un mal diseño: caro, riesgoso e inseguro (dos accidentes fatales lo han demostrado). No puede lanzar satélites a un costo razonable y se mantiene en órbita gracias a los contribuyentes norteamericanos, pero sin duda estos últimos necesitan una mejor vía para continuar el desarrollo del transporte aéreo.
A pesar de toda la destrucción del Columbia, indudablemente el trasbordador seguirá activo por algunos años. El grupo que investiga el accidente no dice mucho sobre lo que costará arreglar los problemas, ni el Congreso ha dicho cuánto está dispuesto a gastar. Después de algunos cambios, el artefacto seguramente estará en órbita otra vez. De hecho, debe hacerlo, con el fin de servir a la estación espacial internacional que se construye actualmente.
Para el 2010 la nave debe estar totalmente certificada de nuevo. Pero existen muchas razones para pensar que el artefacto diseñado en los 70 no pasará la inspección o terminará siendo muy caro para reparar. Más aún, las leyes de la probabilidad sugieren que es factible que suceda otro accidente antes de que la estación espacial sea retirada finalmente. No es de asombrarse que desde famosos astronautas hasta científicos y entusiastas del espacio favorezcan su reemplazo. Pero ante esta última opción muchos opinan que la NASA ha fallado en ofrecer alguna alternativa sustituta convincente. La situación podría tornarse más conflictiva si China cumple su promesa de lanzar astronautas al espacio por primera vez. El único destino posible para el trasbordador es la estación espacial a miles de kilómetros de la Tierra. Esta constituye un proyecto internacional en el cual muchos países se han comprometido financieramente (aunque constituye un desperdicio de dinero ya que sólo mantiene astronautas en órbita consumiendo los fondos para cualquier otro adelanto).
Otra de las ópticas para ver el accidente del Columbia es como una oportunidad. Tener gente dentro y fuera de la estación espacial ya no es realmente ciencia aeroespacial. Debería ser sólo rutina y su reemplazo tal como la NASA acepta, podría ser diseñado con tecnología más barata. Por tanto podría ser el momento ideal para que la NASA saliera del negocio de la rutina del transporte espacial. Este organismo debería concentrarse en desarrollar tecnologías de alto riesgo con el potencial de transformar la industria aeroespacial para la gente y los equipos. Debería dedicarse a hacer investigación y desarrollo que las empresas privadas no podrían hacer por si mismas. Pero mientras la NASA ha desperdiciado dinero, otros competidores y emprendedores han intentado su inclusión en el negocio con la construcción de la primera nave financiada privadamente que será lanzada al espacio. En cinco años, este sector será capaz de poner más gente en el espacio que los gobiernos. Si la empresa privada puede crear astronautas con algunos millones de dólares, es impensable lo que podría hacer con una fracción de los billones malgastados por la NASA.
|
Este es el resumen del artículo "Viejo, inseguro y costoso" publicado en Agosto 30, 2003 en la revista The Economist.
Vea otros artículos publicados en The Economist u otros artículos sobre Industria aeroespacial.
deRevistas.com traduce y resume los mejores artículos publicados por las revistas más prestigiosas de Negocios y Gerencia. Cada quincena, le enviamos a nuestros suscriptores un nuevo ejemplar con unos 30 resúmenes.
|