|
Yo, el gerente robot |
|
| Los robots están tan relacionados con la ciencia ficción que es difícil verlos dentro de un contexto gerencial. El dramaturgo checo Karel Capek les dio su nombre en 1920 (de una palabra que significa "trabajo"). Luego, el escritor estadounidense Isaac Asimov profundizó algunos dilemas memorables. Finalmente, Hollywood los convirtió en superhéroes y villanos. Pero ya es hora de que los expertos en gerencia se pongan al día. Los robots han estado haciendo trabajos rutinarios en las líneas de producción desde los años sesenta. Ya hay más de un millón de robots industriales en todo el mundo. Y estos son cada vez más inteligentes y baratos. Los robots del mañana se ocuparán de tareas más delicadas y complejas. En vez de tenerlos enjaulados para que no tengan ningún enfrentamiento con los seres humanos y las máquinas, tendrán la libertad de vagar por ahí.
A medida que los robots van entrando a las industrias de servicios, están empezando a verse menos como máquinas y más como seres vivientes. El ASIMO, un robot fabricado por la Honda, es un humanoide capaz de caminar, hablar y responder a órdenes. Roxxxy, un "robot sexual" fabricado en EUA, puede ser programado para satisfacer cualquier preferencia (a diferencia de muchas esposas y esposos de carne y hueso), y escucha con el fin de mejorar su desempeño. Hasta ahora, los gerentes han ignorado por completo a los robots, pues los consideran más un asunto de ingeniería que un asunto de gerencia. Pero esta situación no puede continuar. Los robots se están volviendo demasiado poderosos y ubicuos. Las compañías deben replantear sus estrategias a medida que obtienen acceso a este nuevo tipo de trabajadores. Por ejemplo, ¿es realmente necesario subcontratar servicios en China cuando se cuenta con máquinas inteligentes que pueden trabajar sin cesar? Es preciso que las compañías revisen las directrices de recursos humanos. De hecho, deben empezar por determinar si necesitan departamentos que incluyan recursos puramente humanos.
El primer problema a tomar en cuenta es cómo interactuar con los robots. Asimov estableció la primera regla en 1942: los robots no deben hacerle daño a los humanos. Gracias a los nuevos avances tecnológicos, los robots son hoy en día más sensibles al entorno y se les puede dar la orden de no golpear a la gente. Pero los planes del Pentágono complican la situación, pues buena parte de sus robots serán en definitiva máquinas asesinas. Una segunda pregunta es cómo manejar las relaciones entre robots y serse humanos. A los trabajadores siempre les ha preocupado que las nuevas tecnologías les quiten el sustento. Y esta situación se agravará cuando los robots tengan un rostro humano. En una era de tanto desempleo, la presencia de humanoides en el trabajo provocará ciertas reacciones.
Así que las compañías tendrán que hacer todo lo posible por persuadir a sus trabajadores de que los robots aumentan la productividad. Deben demostrarles a los empleados que el robot que se sienta al lado de ellos puede ser más una ayuda que una amenaza. Los empleadores también deben explicarles a sus empleados que los robots permiten conservar los trabajos en el mundo rico. Una razón por la que Alemania ha perdido menos empleos que Inglaterra es que cuenta con cinco veces más robots por cada 10 mil trabajadores. Esto significa que el mundo puede estar al borde de una nueva revolución gerencial: lograr que los robots se comporten más como humanos en vez de tratar de que los humanos se comporten más como robots.
|
Este es el resumen del artículo "Yo, el gerente robot" publicado en Abril 02, 2011 en la revista The Economist.
Vea otros artículos publicados en The Economist u otros artículos sobre Teoría gerencial.
deRevistas.com traduce y resume los mejores artículos publicados por las revistas más prestigiosas de Negocios y Gerencia. Cada quincena, le enviamos a nuestros suscriptores un nuevo ejemplar con unos 30 resúmenes.
|