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La edad no los atrofia |
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| A medida que la población envejece y las expectativas de vida aumentan, las empresas deben enfrentarse al gran reto de tener que lidiar cada vez más con trabajadores sénior. Muchas empresas con más de un tercio de su personal por encima de los 50 años han tenido que reestructurar sus beneficios laborales ofreciendo horarios flexibles, chequeos médicos, terapias para controlar el estrés y ceremonias para reconocer la antigüedad de sus empleados. No obstante, otras corporaciones temen que esta situación se convierta en un verdadero caos para sus negocios. De hecho, un estudio reveló que 40% de los empresarios consideran que trabajar con empleados sénior puede causar un impacto negativo para la compañía y que sólo 14% de los gerentes se sienten capacitados para lidiar con ellos.
A diferencia de lo que muchos creen, los trabajadores con muchos años de experiencia suelen ofrecer muchos aportes a las empresas, tales como: 1) ofrecer una amplia variedad de conocimientos y 2) transmitir los valores principales de una compañía. Lo cierto es que el personal sénior se encuentra hoy en una posición mejor que sus generaciones predecesoras e incluso muchos de ellos, además de ser más leales a sus empresas, se atreven a tomar riesgos mayores que los mismos jóvenes. Ante esta realidad, las empresas se verán obligadas a rediseñar la tradicional escalera profesional que vinculaba el hecho de ser sénior con el salario y el poder, lo que resulta más fácil en E.U.A., donde la gente cambia de trabajos con mayor frecuencia que en Europa o en los países del Asia occidental.
El mayor obstáculo radica en resolver los conflictos que pudieran generar las relaciones laborales entre los jóvenes ambiciosos y los empleados con muchos años de experiencia. Esta situación preocupa a 90% de los empleadores al momento de contratar personal con cierta edad. De allí que las compañías deben considerar entrenar a los empleados júnior para que sepan lidiar con los sénior.
A su vez, los empresarios tendrán que proporcionar carreras satisfactorias para los empleados sénior a través de la siguientes fórmulas que han resultado ser efectivas: 1) tratarlos como si fueran tutores, 2) ofrecerles incentivos diferentes, como flexibilidad, en vez de dinero o promoción, 3) enfocar su jubilación como parte de un proceso en el que podrán seguir vinculados a la empresa para hacer trabajos puntuales, ofrecer entrenamientos al nuevo personal o dar consejos a los gerentes jóvenes.
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Este es el resumen del artículo "La edad no los atrofia" publicado en Abril 09, 2011 en la revista The Economist.
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